Desde 2003 hay un Carmelo en la Diócesis de Zomba, en el sur de Malaui. Actualmente viven allí once religiosas dedicadas por completo a la vida contemplativa, que rezan por la salvación del mundo y, especialmente, por la santificación de los sacerdotes. Otras jóvenes querrían unirse a ellas.
Los fieles de la zona se alegran por la presencia de las religiosas y las apoyan gustosamente en la medida de sus posibilidades. Sin embargo, la gente allí es pobre: durante ocho meses al año hay sequía. Así pues, las Hermanas comparten lo poco que tienen con los pobres que llaman a su puerta.
Estas Carmelitas se ganan la vida modestamente sobre todo con la producción de hostias. Al principio contaban con pocos clientes, pero la demanda no ha dejado de aumentar, y ahora tienen pedidos no solo de su propia diócesis, sino también de otras de este país del África Sudoriental. Sin embargo, las religiosas tenían un problema: no podían transportar los pesados sacos de harina que necesitaban porque no tenían coche. A veces alguien les ayudaba a transportarlos, pero eso era solo una solución transitoria. Anteriormente habían contado con un coche antiguo, pero, con el paso del tiempo, este les ocasionaba cada vez más gastos de reparación.
Gracias a la ayuda de nuestros benefactores, que donaron 25.570 euros, las Carmelitas han podido adquirir un vehículo nuevo con el que transportar la harina y todo lo que necesiten. Dado que las condiciones de las carreteras en los países africanos son muy malas, allí un coche debe disponer de tracción en las cuatro ruedas y ser resistente porque, de lo contrario, se avería pronto. Las Hermanas están muy contentas por esta ayuda y nos escriben: “Estamos encantadas con este coche. ¡Que Dios los bendiga un millón de veces y que se lo pague! Él, que lee en los corazones, sabe lo agradecidas que estamos”.