África

La Iglesia en África siguió enfrentándose a grandes dificultades en 2022: la creciente violencia de los yihadistas, que han podido reforzar aún más su presencia en la zona del Sahel, es uno de los principales motivos de preocupación. Desde hace años, los extremistas cometen frecuentemente secuestros e incluso asesinatos de sacerdotes. Millones de personas han huido ya de las regiones en conflicto. Como no podía ser de otro modo, ACN ayuda a aliviar las necesidades de las iglesias locales. Pero también hay motivos de alegría: en la actualidad, en África viven uno de cada cinco católicos del mundo, y el número de fieles va en aumento. El continente africano sigue siendo una región prioritaria para nosotros.

Debido a la precaria situación de muchos de los países que la integran, la zona del Sahel se ha convertido en un lugar muy frecuentado por más de dos docenas de grupos islamistas radicales, los cuales operan en 14 países y actúan de un modo cada vez más organizado. Entre esos grupos también hay escisiones del Dáesh y de Al Qaeda. Las consecuencias son catastróficas para la población, y la Iglesia tampoco se libra de ellas. Así, en 2022 África batió de nuevo el triste récord de ser el continente con el mayor número de asesinatos de sacerdotes, religiosos y trabajadores de la Iglesia en todo el mundo. En numerosos países de África, los secuestros de sacerdotes y religiosos se han convertido en los últimos años en un medio de presión con el que grupos armados y criminales tratan de conseguir sus propósitos.

África sigue siendo un continente de esperanza para la Iglesia católica

“Hermanas de la Inmaculada Concepción” cuidando a niñosen Burkina Faso.
“Hermanas de la Inmaculada Concepción” cuidando a niños en Burkina Faso.

Pese a todas estas dificultades, África sigue siendo un continente de esperanza para la Iglesia. La Iglesia está creciendo y aún es joven. Actualmente, casi uno de cada ocho sacerdotes, más de una de cada ocho religiosas y casi una cuarta parte de todos los seminaristas del mundo viven en ese continente. Pero para el futuro de la Iglesia es más importante que nunca la formación sólida y adecuada de sus pastores. Por eso, nuestra organización financia sobre todo la formación primaria y complementaria de sacerdotes, religiosos y laicos, así como la formación de los formadores. Además, financiamos la construcción de iglesias y capillas y ayudamos en la compra de vehículos todoterreno para garantizar la atención pastoral en aldeas remotas. Pero también facilitamos ayuda económica para iniciativas de la Iglesia destinadas al fortalecimiento de la familia y a la asistencia y cuidado de refugiados internos en las zonas afectadas por el terrorismo.