La diócesis de Alindao también sufre las consecuencias de los nuevos ataques, según su obispo Mons. Cyr-Nestor
Königstein/Madrid, 18.05.2017 ACN.- Mons. Juan José Aguirre, misionero andaluz y obispo de Bangassou en la República Centroafricana ha denunciado, en declaraciones a la oficina de ACN en España (Ayuda a la Iglesia Necesitada), el rebrote de violencia en su propia ciudad contra la población musulmana, por parte del ‘Anti-balaka’, grupos de guerrilleros armados de mayoría animista y de clara tendencia anti-musulmana.
“Han atacado Bangassou y los militares marroquíes de las fuerzas de la ONU pidieron a todos los musulmanes que salieran de sus barrios y fueran a la mezquita. Con lo cual la mezquita estaba abarrotada. Comenzaron a atacarles y dispararles, estuvieron tres días sin comer ni lavarse”, comenta Mons. Aguirre, “Yo mismo fui allí para ponerme delante de la mezquita y hacer que dejasen de disparar. Pero han matado al imán. Hemos conseguido camiones para poder transportarles a las instalaciones de la Iglesia católica.”
El prelado ha confirmado que actualmente la Iglesia católica de Bangassou está atendiendo a 2.000 musulmanes refugiados en sus centros “los hemos acogido en mi propia casa, hemos habilitado el Seminario Menor, la catedral y otros colegios. Las ONG ya se están poniendo en marcha para hacer llegar alimentos y para habilitar tiendas de campaña.”
Junto a Mons. Juan José Aguirre, está presente estos días en Bangassou Mons. Nzapalainga Cardenal de Bangui, la capital del país, “con él estamos llevando el diálogo con los jefes locales para que la gente deje de robar en los barrios musulmanes, que han sido atacado sistemáticamente. Y estamos negociando con los Anti-balaka para que se vayan de Bangassou, es la negociación de esta tarde.”, cuenta Mons. Aguirre a la fundación pontificia ACN.
“Yo nunca he visto en 35 años que llevo aquí que haya violencia intercomunitaria. Desde que el Chad introdujo soldados de la alianza islamista Seleka en Centroáfrica estamos viendo violencia.” denuncia el obispo de Bangassou, “Tenemos 2.000 personas aquí que no saben cómo están sus bienes, sus casas, todo se lo han robado. Hemos enterrado más de 50 cuerpos, junto a la Cruz Roja, a la que hemos ayudado con los coches de la misión católica.”
“Ahora tenemos que formar refugios para la gente desplazada, ya que además empieza la época de lluvia y las personas necesitan protegerse. Creemos en que algún día podrán volver a sus casas y aquí haya paz de nuevo”, concluye el prelado.
Así mismo, Mons. Cyr-Nestor obispo de la diócesis de Alindao, también en la zona sur de República Centroafricana, ha denunciado en un mensaje dirigido a la fundación ACN nuevos enfrentamientos entre facciones Seleka y grupos Anti-balaka aún presentes en la zona.
Las hostilidades comenzaron el pasado 8 de mayo en respuesta a los secuestros y homicidios de algunos jóvenes en Datoko por parte de los Seleka. Tras la intervención de tropas de la ONU la situación parece haberse calmado. A pesar de ello hay unos 5.000 desplazados que están siendo atendidos en los centros de la Iglesia católica: el obispado, el centro catequético, un colegio y un convento. La diócesis comienza a tener dificultades para proveer alimentos y agua a todos y los propios sacerdotes están solicitando ayuda a la población ante la falta de ONGs en la zona.
La fundación pontificia ACN ha ofrecido ayuda a la diócesis de Alindao, donde la Caritas diocesana está cubriendo en estos momentos las grandes necesidades.