Desde hace siete años, la Hna. Anita se ocupa de las tribus nativas de la Diócesis de San José. La religiosa apoya a la gente de palabra y de obra, y se encarga de que los niños de la escuela primaria reciban un almuerzo. También los ayuda a estudiar, imparte la catequesis y asesora a mujeres. Además, reúne a los jóvenes con motivo de diferentes actividades. “Para mí, es una alegría y una bendición”, nos asegura.
Pero la Hna. Anita tenía un problema. La religiosa visita a la gente en los pueblos, pero las distancias en esta zona montañosa son grandes y solo dos veces a la semana se puede viajar en un llamado jeepney (un minibús público). Dicho jeepney siempre va abarrotado de gente que, entre otros, transporta sacos de arroz y de cemento, e incluso sobre el tejado del minibús viaja gente. Los trayectos son largos, pues el vehículo para en todos los lugares, donde hay que cargar y descargar mercancías y pasajeros. Si se pierde el minibús, hay que esperar tres días para poder viajar. Esto dificultaba mucho la labor de la Hna. Anita, por lo que nos pidió ayuda.
Nuestros benefactores han donado 25.000 euros para contribuir a la adquisición de un vehículo apto para carreteras no asfaltadas, llenas de baches y que se llenan de barro cuando llueve. La Hna. Anita nos ha escrito: “Vuestra ayuda es una bendición y un gran apoyo para nuestro apostolado entre las tribus nativas. ¡Muchas gracias! ¡Estamos encantadas! Ahora ponemos aún más empeño en visitar a los creyentes y en servir a la Iglesia”.
