ACN entrevista a Mons. Moronta después del encuentro privado del Papa con la Conferencia Episcopal de Venezuela
“Fue una visita con carácter de urgencia ante la situación de crisis del país”
“No se puede construir la paz con el ‘quietismo’, de brazos cruzados. La reconciliación es nuestra tarea”
Tener una conversación con el Papa cara a cara, mirándole a los ojos y detallándole cómo está siendo el día a día de la crisis venezolana, fue el motivo principal del viaje a Roma de la directiva de la Conferencia Episcopal de Venezuela quienes fueron recibidos por el Santo Padre en una audiencia privada el pasado 8 de junio. “Fue una visita que se decidió con muy poco tiempo de antelación por el carácter de urgencia que tenía”, asegura Mons. Mario Moronta, obispo de San Cristóbal, quien formaba parte del grupo representante de la Conferencia Episcopal del país. “Antes de comprar los billetes de avión a Italia preguntamos si nos podría recibir el Santo Padre. Se tuvieron que cambiar las agendas por ambas partes pero el Papa mostró en todo momento su máxima disponibilidad e interés”, detalla el prelado en una entrevista concedida a la fundación ‘Ayuda a la Iglesia Necesitada’ durante su visita a Königstein. “En un principio nos citaron a las 10.30 horas de la mañana, pero luego adelantaron la cita para tener más tiempo y hablar con calma. Estuvimos 50 minutos juntos, cuando lo normal en las audiencias son 20 minutos más o menos. El Papa quería escucharnos y que le escucháramos”.
Y es que en la era sólo hace unos años una nación de ensueño, hoy se vive una situación de desesperación tal que sumada al hambre, la corrupción, los saqueos, las detenciones y el vandalismo hacen del país una auténtica bomba de relojería. Las multitudinarias protestas en contra del régimen bolivariano de Nicolás Maduro son el pan de cada día. Según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), desde el 1 de abril hasta el 19 de junio de 2017 se han registrado 2.675 manifestaciones equivalente a 33 protestas diarias. Decenas de personas han muerto durante las protestas, pero la censura y la falta de transparencia impiden conocer un número oficial de muertes fiable.
Los obispos de Venezuela mostraron al Papa los informes sobre la desnutrición infantil que ha elaborado Caritas y también un detallado dosier sobre las violentas represiones con fotos y con el nombre de cada una de las víctimas. “Francisco lo leyó todo con detenimiento y se le veía muy afectado, muy tocado”. Reiteró su apoyo a los prelados y les pidió que siguieran cerca de la gente, “estén en medio de ellos, creando un diálogo transparente y tendiendo puentes”. Por su parte los obispos le aseguraron que tanto la Iglesia venezolana como la gran mayoría del pueblo están “en plena comunión con el Papa y siguen todo lo que pide”. “Su voz es nuestra voz” le dijeron los obispos, a lo que el Pontífice contestó: “no, en la voz de ustedes está la voz del Papa”.
Mons. Moronta asegura que han sentido “de primera mano como el Papa sigue muy de cerca la actualidad venezolana y está bien informado de todo, pero Venezuela no es la única preocupación del Santo Padre, también lo es Siria, lo es Sudán… y no puede pronunciarse con cada uno de los detalles de nuestra política”.
¿Cómo edificar la paz?
Mons. Moronta pide que se evite el “pietismo” que se puede convertir en “quietismo”, el esperar de brazos cruzados a que las cosas se soluciones. “No sirve sólo rezar el rosario y a la vez llevarnos mal con el vecino porque es chavista o de la oposición. Nos tenemos que ayudar todos, encontrarnos y reconciliarnos, que la paz venga de abajo a arriba, porque nunca va a venir desde donde están los políticos hacia abajo”. “La reconciliación es nuestra tarea, acompañar, interpretar lo que Dios nos pide”.
Y centrándose en el día a día de la vida en Venezuela, Mons. Moronta explica la cantidad de iniciativas de muchas personas en la diócesis para ayudar a los más necesitados: el sacerdote que planta un huerto para enseñar a la comunidad como ser más autárquicos ante la carestía de alimentos, o la comunidad que alquila un local para abrir un restaurante y con lo que ganan luego a da de comer a los más necesitados e indigentes de la zona. También cuenta cómo se está viviendo este período de emergencia en la Diócesis de San Cristóbal que se encuentra en la frontera con Colombia, concretamente con la ciudad de Cucutá. “Cada día cruzan miles de personas para comprar alimentos y otras necesidades, llegan cansados y hambrientos y la Iglesia de Colombia está ayudando mucho en este sentido, dándoles de comer y de beber”. Los obispos de ambas diócesis han tenido reuniones frecuentes para delinear los más graves problemas sobre todo de atención médica. Mons. Moronta rezuma agradecimiento cuando habla de la diócesis hermana.
Un lugar estratégico y problemático ya que la frontera ha estado cerrada en diferentes momentos desde agosto de 2015 y hoy todavía continúa con muchas restricciones. Difícil situación que pudo ver de primera mano la delegación de ACN que visitó Cucutá en Abril del 2016. Los sacerdotes venezolanos que se encontraron con la delegación en aquel momento para hablar de la trágica situación de miles de desplazados tuvieron que cruzar la frontera a pie porque estaba cerrada todavía.
Mons. Moronta ha aprovechado su viaje a Roma para pasar por la sede central de Aid to the Church in Need y tener una reunión con la sección de proyectos para Venezuela de ACN a quienes detalló las preocupaciones de su diócesis, agradeció por las ayudas recibidas para la evangelización y formación de sacerdotes, laicos y religiosas de la iglesia local.