«Hay una agenda clara, un plan para islamizar todas las áreas predominantemente cristianas en el llamado cinturón central (Middle Belt) de Nigeria», afirma en declaraciones a Ayuda a la Iglesia Necesitada Mons. Wilfred Chikpa Anagbe, obispo de la diócesis de Makurdi en Nigeria.
En esta diócesis se encuentra la parroquia de San Ignacio de Ukpor-Mbalom en el estado de Benue víctima del útimo ataque registrado el pasado 24 de abril. «Dos de mis sacerdotes fueron asesinados, el padre Joseph Gor y el padre Félix Tyolaha, junto con al menos 17 fieles. Celebraban la misa a las seis de la mañana». Entre las víctimas se encontraban una catequista y la presidenta del consejo parroquial, «ambas madres de familia», así como también el director de la única escuela secundaria en la aldea.
Durante la entrevista Monseñor Anagbe indicó que el número de víctimas todavía no es definitivo, ya que lamentablemente algunas de las familias de los fieles están también desaparecidas.
No se trata de un hecho aislado: Desde el comienzo de este año, más de 100 personas han muerto en ataques similares. “Once parroquias de la diócesis se han visto afectadas – dice el obispo – y ha habido numerosos ataques en todo el estado de Benue, donde el 99% de la población es cristiana. El 18 de enero se encontró una fosa común con 72 cadáveres».
Los ataques fueron perpetrados por pastores de ganado musulmanes de tendencias islamistas que pertenecen a la etnia de los fulani. «Esta vez no hablamos de Boko Haram, aunque algunos de los pastores en el pasado hayan tenido relaciones con el grupo terrorista y ambos grupos comparten la misma intención de islamizar toda la región.» A la vista de tanta violencia, uno de los aspectos más preocupantes para el obispo es la inactividad total por parte del Gobierno, especialmente el federal. «Cuando los ataques son perpetrados nunca hay agentes policiales o militares. Sin mencionar que los fulani tradicionalmente viven principalmente en los montes y no pueden permitirse el lujo de tener armas tan sofisticadas. ¿Quién los financia?”
La violencia ha ocasionado un gran número de desplazados internos, más de 100 mil repartidos en cuatro campamentos en la diócesis de Makurdi. «La Iglesia les está socorriendo a la población, el Gobierno tampoco en este caso nos ayuda”.
El área donde fue el último ataque está completamente abandonada a su suerte. La parroquia de Mbalom se estableció en 2015. «No había nada, no había escuelas ni hospitales. Nosotros las hemos construido sobre todo gracias al compromiso del Padre Joseph y el Padre Félix. Eran realmente sacerdotes muy activos y dedicados a la comunidad».
Enfrentados a tanto dolor, los cristianos nigerianos no pierden la esperanza, sino que necesitan el apoyo de la comunidad internacional. La Iglesia católica en Nigeria ha organizado una marcha que se celebrará el próximo 22 de mayo para protestar contra las continuas masacres a cristianos cometidas por los pastores fulani. «Pido que recen por nosotros y se hagan portavoces de lo que está sufriendo nuestra comunidad. Tenemos que levantar la voz en nuestra defensa. Nigeria es parte de las Naciones Unidas y no podemos estar abandonados y aislados del mundo”.