Mali es un país interior del oeste de África con 18 millones de habitantes, de los cuales solo un 2% aproximadamente profesan la fe cristiana. El caos predomina en el país desde 2012, ya que islamistas radicales y guerreros tuareg pretenden establecer en el norte un “Estado de Dios” propio. Desde entonces, cientos de miles de personas han huido de la violencia de los yihadistas. ACN apoya a la Iglesia en Mali con numerosos proyectos, como por ejemplo la formación de sacerdotes y religiosos.
A causa del terrorismo islamista, Mali está dividido de facto en dos, desde 2013. Esto también incluye a la Iglesia. Mientras que la infraestructura eclesial en el norte del país ha sido destruida en su mayor parte, la situación en el sur del país –pese a algún que otro incidente violento– es mejor y la comunidad católica incluso crece. Para conservar las infraestructuras de la Iglesia, ACN apoyó en 2018 a la Iglesia local proporcionando, además de formación sacerdotal, ayudas para vehículos, estipendios de misas, asistencia pastoral y ayudas para tareas de construcción. En la diócesis de San, por ejemplo, una residencia para sacerdotes ancianos se equipó con una bomba de agua impulsada por energía solar.