Siria: el llamamiento de un obispo tras brutal ataque con numerosas víctimas

La diócesis sale en apoyo de los heridos y las familias de los fallecidos. El obispo advierte de que estos ataques con bombas pueden provocar un nuevo éxodo

Un obispo en Siria ha descrito los desesperados esfuerzos por atender a los heridos y moribundos después de una serie de ataques perpetrados por Daesh (ISIS) en Tartús y Jableh, que han dejado más de 200 muertos y casi 650 heridos.

El Obispo Antoine Chbeir hizo hincapié en que los ataques del pasado lunes (23 de mayo) en su diócesis fueron los primeros de este tipo en una zona a la que habían acudido cientos de miles de personas, creyendo que era una de las últimas zonas seguras que quedaban dentro del país.

El Obispo Maronita de Latakia describió los esfuerzos desesperados del clero y otros miembros de la diócesis para ayudar a los heridos y moribundos. Señaló que el día siguiente a los ataques (24 de mayo), sus sacerdotes habían comenzado a enterrar a los muertos.

En una entrevista telefónica con Aid to the Church in Need, Mons. Chbeir dijo: “Estamos tratando de ayudar a la gente y estamos atendiendo a los heridos. Es una situación muy dramática y cuando se produjo el desastre nos preguntamos si podríamos hacerle frente (…) En este momento, nuestros sacerdotes y nuestra gente están en el lugar de los acontecimientos y están visitando a los afectados. Muchas de ellas tienen las piernas rotas y heridas profundas, por no hablar de los efectos psicológicos.”

En una zona controlada por el gobierno que había logrado permanecer prácticamente intacta a pesar de cinco años de guerra, el obispo advirtió de que los ataques en estas dos ciudades costeras, presuntamente perpetrados por Daesh (ISIS), pueden provocar que un mayor número de personas huyan de Siria. El obispo confirmó que se habían producido cinco explosiones en Jableh, que mataron a 110 personas e hirieron a 340, y que el mismo día en torno a las 9:30 de la mañana hubo cuatro explosiones en Tartús que dejaron más de 100 muertos y 300 heridos.

El obispo – que escuchó los ataques en Tartús, ya que tuvieron lugar a unos 3 kilómetros de su casa –   recalcó: “Estos ataques son los primeros que hemos tenido aquí durante este tiempo de guerra y tendrán consecuencias dramáticas (…) Si no hay zonas seguras en Siria, la gente huirá del país, probablemente para siempre… Muchos de ellos escaparán por mar.”

El obispo habló de la desesperada necesidad de reconstruir la esperanza. “Hoy en día estamos más decididos que nunca a permanecer en Siria (…) Cada vez que suframos un bombardeo, vamos a hacer todo lo necesario para permanecer en el país en el que estamos viviendo.”

El obispo condenó el ataque y confirmó las informaciones que señalaban como autores a los terroristas de Daesh (ISIS), que han reivindicado la atrocidad: “Los miembros ISIS son unos bárbaros. Lo peor de todo es que están haciendo estas cosas terribles en nombre de Dios. En el nombre de Dios, están matando a la gente en todas partes.” Pero el obispo dijo que la venganza no era la respuesta. “Hay que hacer un llamamiento a la paz. No hay que matar a estos criminales. Debemos convertir al criminal en un ser humano que valore de la vida humana.”

Según algunas informaciones procedentes de la región, el objetivo aparente de Daesh era golpear al régimen de Assad en su bastión principal, donde cuenta con el respaldo de la flota rusa. El obispo, que es uno de los principales colaboradores de ACN para desarrollar los proyectos en esta zona, explicó que su respuesta a la crisis se basa en la ayuda que actualmente ACN facilita a miles de personas desplazadas en la región, a las que se les proporciona alimento, refugio y medicinas. Una de las explosiones en Tartús tuvo lugar en una estación de autobuses, por delante de la cual pasó una delegación de ACN durante un viaje realizado en enero pasado para evaluar los  proyectos y recopilar información.

El Obispo Chbeir dijo: “En primer lugar, necesitamos ayuda física y material sólo para ayudar a los afectados, para que tengan algo para comer y para ayudarles a cuidar a los que más están sufriendo (…) Cuidamos de las personas sin tener en cuenta cuál es su religión, simplemente porque son seres humanos.” También señaló que las necesidades del pueblo habían aumentado debido a que la economía siria está tan deteriorada que la comida y otros artículos básicos escasean. “Tartús está de capa caída. En las últimas dos semanas, la moneda sirio ha perdido el 40 por ciento de su valor. El Estado sirio no tiene ingresos, sólo gastos. Las sanciones económicas contra Siria realmente están afectando a la gente… En este mes de mayo, rezamos y pedimos a la Virgen que nos ayude. Gracias a ACN por permanecer con nosotros.”

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