Sacerdotes en la frontera: instrumentos de consuelo espiritual

“Muchas personas llegan llorando, con graves problemas, preocupados o tristes porque se van del país, porque no tienen nada que comer, o les falta medicina, y nuestra misión es consolar a la luz de la Palabra de Dios, y con la oración”, manifiesta el sacerdote Esteban Galvis, párroco de la iglesia Nuestra Señora de Lourdes en la población de Aguas Calientes (Venezuela), en la frontera colombo venezolana.

 

Fr. Esteban Galvis
P. Esteban Galvis, párroco de la iglesia Nuestra Señora de Lourdes en la población de Aguas Calientes (Venezuela)

 

La atención a los migrantes en la frontera y también a la misma población empobrecida de la frontera, no es sólo material a pesar de las limitaciones, sino principalmente pastoral y espiritual.

“Vivimos una realidad muy cruda, nos encontramos con una situación particular –dice el presbítero Estaban Galvis- por un lado, los inmigrantes que pasan por nuestras parroquias y por el otro lado la pobreza de las familias de la frontera, nuestra misma gente sigue siendo afectada por la situación crítica el país”.

“Somos los pobres atendiendo a los pobres. Aunque sea con un vaso de agua panela”, afirma.

 

Fr. Esteban Galvis. Holy Mass
P. Esteban Galvis en la Santa Misa

 

Comenta el párroco de Aguas Calientes que “cada persona o cada grupo familiar tiene su historia particular, pero todos confían en Dios. Y buscan en el sacerdote y las parroquias un refugio para ser fortalecidos y consolados. Vienen a confesarse, y a colocarse en las manos de Dios”.

“Una historia significativa ha sido la de Juan Carlos, que viajó con su esposa y su hijo desde el estado Falcón, para ir a otro país, pero llegó acá sin dinero para continuar”, relata el párroco Galvis.

“Un hombre que lloraba junto a su pareja porque no sabían qué hacer. Lo primero que he hecho es orar con ellos para pedir a Dios que nos iluminara, luego compartí con ellos el alimento. Y durante el día, otra persona de la comunidad les ofreció donde pernoctar, ellos decidieron quedarse en la zona y van durante el día a trabajar a Cúcuta (Colombia). Poco a poco han ido solucionando con la ayuda de Dios”.

En las parroquias de las fronteras la pastoral social ha sido fortalecida principalmente con la atención y el acompañamiento espiritual, “es ante todo nuestra principal misión. Muchas personas llegan llorando al templo, con sus problemas y preocupaciones. Y nos corresponde a nosotros ser instrumentos de Dios para consolar al pueblo”, dice el sacerdote.

 

Fr. Esteban Galvis. Holy Mass
P. Esteban Galvis en la Santa Misa

 

Como parte de la actividad pastoral la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, en Aguas Calientes, organiza jornadas de Adoración Eucarística, y guía espiritual permanente para las personas que buscan consuelo.

“Desde el cierre de la frontera –señala le padre Galvis- motivamos campañas de acción social compartiendo un poco de alimento, pero la inflación nos va haciendo imposible ese trabajo. Seguimos ayudando, pero con los más mínimo, y principalmente a los ancianos y a los niños. Porque no nos alcanza para todos”.

En el Informe de Movilidad Humana Venezolana, publicado en mayo por el Servicio a Refugiados de los Jesuitas en Venezuela, advierte que las principales causas que han motivado a los venezolanos a cruzar la frontera ha sido la inseguridad, la preocupación por lo que sucede en el país, el hambre, altos niveles de estrés día a día, la incertidumbre de no saber que va pasar, y la falta de medicina para tratamientos médicos. El 83.6% ha emigrado buscando ambientes más seguros y 31.2% se vieron forzados a moverse de su sitio original.

Recientemente se realizó la Asamblea de Laicos de la Frontera, que junto a sus sacerdotes y el Obispo de la Diócesis de San Cristóbal refirmaron sus compromisos de servicio pastoral especial y permanente a la zona fronteriza.

Enfatiza el padre Esteban Galvis que un compromiso urgente del cristiano debe ser “la oración y el ayuno, esto ayudará a salir de esta situación”.  Y finalmente invita a unirse a esta tarea: “somos el consuelo de quienes viven, y vienen a sufrir a la frontera, e invitó a quienes se quieran sumar a esta tarea que oren por la situación que se vive acá, pues Dios es una nuestra única fuerza”.

Aid to the Church in Need visitó recientemente la ciudad de San Antonio de Tachira (Colombia) para ofrecer apoyo y solidaridad a las diócesis fronterizas de Venezuela y Colombia en esta difícil situación que está pasando y estudiar futuras ayudas para una proyecto de la Casa del Migrante.

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