Brasil ocupa el tercer lugar entre los países más afectados por la pandemia del coronavirus en todo el mundo. A mediados de noviembre de 2020 ya se registraban casi seis millones de personas contagiadas y alrededor de 170.000 muertos entre sus 210 millones de habitantes, con una fuerte tendencia al alza que se traduce en varios centenares de muertes al día.
Familiares de luto, personas desesperadas, un sistema de salud colapsado en muchos lugares y una creciente necesidad material son los desafíos que también afronta la Iglesia Católica, que, ahora más que nunca, debe atender a las personas que sufren y están aisladas. Por desgracia, cientos de sacerdotes se han infectado con el coronavirus ejerciendo su ministerio en Brasil.
Para proteger a sus 40 sacerdotes, la Diócesis de Januária nos pidió ayuda para adquirir material de protección -mascarillas, geles desinfectantes, guantes desechables y trajes protectores para las visitas a los enfermos-, y nuestros benefactores contribuyeron con 1.400 euros a que los sacerdotes pudieran protegerse. ¡Muchas gracias a todos los que contribuido a este fin!