Videoconferencia bajo las bombas

Niños sirios y parlamentarios de la UE conversan, gracias a una acción de Aid to the Church in Need emprendida para el día de San Nicolás

Por Mark von Riedemann y Tobias Lehner

Todo ha sido preparado concienzudamente en Alepo y Bruselas para la tarde del 6 de diciembre, y diputados de alto rango del Parlamento Europeo han asegurado su participación, entre ellos, el vicepresidente del Parlamento, Antonio Tajani. El objetivo es que conversen en la festividad de San Nicolás con los que no tienen asiento ni voz en las mesas de negociación: los niños de Alepo, donde la situación actual resume todo el horror que viene ocurriendo desde hace seis años en Siria. Estaba previsto que 25 niños acudieran a esta inusitada conferencia organizada por la fundación pontificia internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN). Pero entonces empezaron a caer las bombas.

A mediodía, el P. Ibrahim Alsabagh llamó desde el oeste de Alepo: “Los bombardeos son tan intensos que también aquí se han cerrado las escuelas”. El sacerdote explicó que las calles estaban desiertas. “Las madres nunca permitirán a sus hijos que acudan”. Así es la vida cotidiana en Alepo desde hace años.

18:00 horas en una sala de videoconferencias de Bruselas: quince parlamentarios, representantes de los medios de comunicación, un coro infantil caldeo y el padre jesuita Ziad Hilal están presentes. Este último viajó el día anterior de Alepo a Bruselas, antes de que se reanudaran los bombardeos. Tensa espera. Y, finalmente, aparecen en la pantalla las imágenes de seis niños que saludan tímidamente con la mano y que miran llenos de curiosidad. Lo imposible se ha vuelto posible… pese a la guerra.

El vicepresidente Tajani saluda a los pequeños conferenciantes: “Estamos con vosotros, no os olvidamos. Los socios internacionales deben retomar lo antes posible el diálogo para poner fin al conflicto”. El día anterior, una resolución de la ONU para un alto el fuego en Alepo fracasó debido al veto de Rusia y China. Tajani da las gracias a ACN y a los que ayudan sobre el terreno por la labor que realizan.

Uno de ellos es el P. Ibrahim, que organiza la distribución de víveres y que se ocupa de que las familias de su parroquia al menos dispongan por unas horas al día de agua y electricidad. Además, juega, pinta y canta con los niños de su barrio, tanto con los cristianos como con los musulmanes. Y también habla con ellos y los ayuda a superar el terror. “Es una guerra absurda”, dice, “y los que más sufren son los más débiles: los niños”. El sacerdote señala que todos tienen sus esperanzas puestas en la intervención de la UE, “para que los jóvenes puedan permanecer en su patria”. Asegura también que la Iglesia siria hace todo lo que está en su mano para que los niños experimenten al menos “un soplo de paz”.

Y entonces toman la palabra. Un niño tras otro se coloca delante de la cámara. Hacen sus declaraciones en una mezcla de árabe, inglés y francés, en voz baja y con intermitencias debidas a la inestable conexión por Internet. Al otro lado, en Bruselas, se hace un silencio total.

Juan Pablo, 10 años: “No puedo dormir por la noche por las bombas, y he perdido a amigos debido a la guerra. Ya no tenemos lugares donde jugar”.

Salim, 14 años: “Todos mis amigos están muertos o han huido. Cuando vamos a algún lugar, no sabemos si regresaremos con vida”.

Syline, de 10 años de edad, relata la misma experiencia: “Tenemos miedo de que bombardeen nuestra escuela y de que no logremos regresar a casa”. Y también en casa reina el miedo. “En todos lados caen bombas. No tenemos agua ni luz. Esperamos que ustedes puedan ayudarnos“.

Y así se suceden las declaraciones. A algunos niños se les traba la lengua y tienen lágrimas en los ojos. “Vamos a perder un pueblo, una cultura y una civilización si no llega pronto la paz a Siria”, explica el P. Ziad Hilal, él mismo sirio y testigo presencial de la situación en Alepo. “Los habitantes de Oriente Próximo podrían ser importantes mediadores entre Oriente y Occidente, entre cristianos y musulmanes”. Podrían… si no fuera por la guerra.

Al cabo de una hora, la conferencia toca a su fin. En Alepo, la guerra continúa, mientras que en Bruselas, los participantes permanecen todavía un rato para ver dibujos de niños. Se trata de una selección de los dibujos que más de un millón de niños sirios han hecho con ocasión de una campaña a escala nacional, organizada por ACN junto con la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa de Siria. Los niños también han redactado mensajes, y uno de ellos dice así: “No queremos más guerra. ¡Devolvednos nuestra infancia!”.

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