La casa parroquial de la parroquia Corpus Christi de Massiapo está en un estado lamentable: el tejado, muy deteriorado, está hecho de viejas chapas onduladas, y la casa en sí está construida con tablones de madera y parece más bien un establo en ruinas o un cobertizo. Resulta difícil imaginar que ahí habite alguien.
“Especialmente en la época de lluvias sufrimos por el mal estado de la casa. Urge por ello construir una nueva casa parroquial lo antes posible para poder atender bien a los feligreses de esta parroquia ubicada en un territorio de misión”, nos escribe el P. Jorge Munos Darwit, que nos pide nuestra ayuda.
La parroquia se encuentra a más de 3.000 metros de altitud en los Andes, en el bosque nuboso de Puno. Allí, las condiciones de vida son de por sí difíciles, pero la pandemia ha empeorado aún más la vida para la gente y, por tanto, también dificultado la labor de la iglesia. Muchos eventos y actividades tuvieron que ser pospuestos o cancelados. En general, Perú se ha visto gravemente afectado por el coronavirus, y esto no solo se refleja en los numerosos enfermos y muertes, sino también en el aumento de la pobreza.
Ahora más que nunca, la gente necesita ayuda y acompañamiento. En la nueva casa parroquial vivirán el propio párroco, tres catequistas y otras dos personas especialmente implicadas en la pastoral juvenil. Además, la casa ofrecerá la posibilidad de hospedar a invitados como, por ejemplo, al Obispo que acude para administrar el sacramento de la Confirmación o para hacerse una idea de la situación sobre el terreno y escuchar las cuitas y alegrías de quienes trabajan en la parroquia.
Nosotros no queremos defraudar al párroco Darwit, por lo que apoyamos la construcción de la nueva casa parroquial con 26.700 euros. ¿Quién quiere contribuir a esta causa?
