[vc_row][vc_column][vc_column_text]El Ejército y la Policía de la República Democrática del Congo están acusados de asesinar al menos a cuatro personas y herir a varias más en ataques perpetrados contra más de 130 iglesias de todo el país.
El viernes, 12 de enero, dos personas fueron heridas cuando las fuerzas de seguridad dispararon gases lacrimógenos en la catedral de Kinshasa tras una Misa celebrada por laicos asesinados por el Ejército y la Policía.
El P. Apollinaire Cikongo, secretario ejecutivo de la Asamblea de los Obispos Católica de la provincia de Kananga, que abarca ocho diócesis de la RDC central, dijo en relación con los hechos: “Se celebró una Misa en la catedral de Kinshasa en memoria de al menos cuatro personas asesinadas el 31 de diciembre”. En su declaración, realizada a Aid to the Church in Need, añadió: “Después de la misa, el Ejército y la Policía volvieron a disparar gases lacrimógenos hiriendo a dos personas”.
Líderes eclesiales han acusado a las fuerzas de seguridad de la RDC de los ataques en Año Nuevo (31 de diciembre) contra 134 iglesias y capillas de la capital y de varias provincias del país. Uno de los muchos siniestros sucesos fue perpetrado por soldados y la policía que dispararon incluso con munición real cuando los creyentes salían de la Misa celebrada en la iglesia de Santo Domingo en Limete.
El vicario parroquial de Santo Domingo, P. Jean Nkongolo, relató que el ataque en el recinto de la iglesia por parte de la Policía y el Ejército de la RDC fue sin previo aviso, y que cuando exigió que pararan de disparar contra los feligreses, el mismo recibió un proyectil de goma en la cara que le provocó heridas. Las fuerzas de seguridad dispararon proyectiles de goma y paralizantes, así como gases lacrimógenos en el recinto de la iglesia y casi mataron a una mujer. Otros cuatro feligreses fueron heridos por proyectiles de goma.
“Cada domingo después de la Misa los feligreses acuden a la Gruta de la Virgen en el recinto de la iglesia para rezar el Salve Regina y recibir la bendición”; cuenta el P. Cikongo. “Según el relato del P. Nkongolo fue en ese momento cuando los creyentes fueron atacados y cuando las fuerzas de seguridad dispararon gases lacrimógenos y proyectiles de goma contra ellos. El P. Nkongolo se encaró con la Policía para exigirles que pararan, pues los creyentes eran gente inocente que no había hecho nada malo. El P. Nkongolo me ha dicho que fue entonces cuando un agente de la Policía le disparó directamente a la cara con un proyectil de goma. Gracias a Dios, reaccionó rápidamente y giró la cabeza, de otra manera el proyectil le habría impactado en los ojos, en lugar de en un lado del rostro”.
Tras el ataque el P. Nkongolo se percató de que una mujer había recibido un disparo en la cabeza. La levantó del suelo y se la llevó al interior de la iglesia. “A esta mujer la dispararon con una bala. En ese momento la dimos por muerta, pero afortunadamente gracias a Dios ha sobrevivido”. La mujer fue llevada al hospital, y según las últimas noticias, permanece grave.
El P. Cikongo ha dicho que tras la Misa la parroquia había decidido no participar en la manifestación pacífica que había sido organizada por laicos para pedir por el país, en grave crisis después de que el presidente de la RDC, Joseph Kabila, rompiera el pacto de renunciar y no presentarse para un tercer mandato.
Sin embargo, tras el ataque contra la catedral de Kinshasa y los atentados el 31 de Diciembre, los creyentes laicos –el Comité de Coordinación Laico– convocaron una nueva manifestación pacífica para el domingo 21 de enero con el fin de protestar contra los abusos del poder y el sufrimiento de los ciudadanos congoleños.
Esta semana, la Conferencia Episcopal congoleña ha emitido un comunicado con el balance macabro de esta marcha pacífica que tuvo lugar en varias parroquias. Seis personas murieron por disparos, 127 sufrieron heridas de bala y más de 200 personas fueron arrestadas, aunque la mayoría de ellas fueron liberadas unas horas después. También el domingo pasado, durante el Ángelus, el Papa Francisco hizo un llamamiento a las autoridades de la República Democrática del Congo para que hagan todo lo posible para evitar todas las formas de violencia.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]