La congregación de las Hermanas de Bene Mariya fue fundada en 1956 en Burundi, y su objetivo es ayudar a las familias a vivir cristianamente y a guiarse por el ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret. Estas religiosas trabajan sobre todo con las madres, pues estas son en cierta manera el “corazón” de la familia y las que marcan de forma especial el espíritu familiar. Pero las Hermanas también son activas en la formación de catequistas, imparten ellas mismas la catequesis en escuelas y parroquias, dirigen grupos parroquiales y preparan a las parejas para el sacramento del matrimonio.
La congregación tiene carácter misionero, a saber, sus religiosas están dispuestas a abandonar su tierra y a ir a donde las llame la Iglesia. Entretanto, las Hermanas de Bene Mariya (Hermanas del Inmaculado Corazón de María) no solo están presentes en Burundi, sino también en Tanzania, Chad, Francia e Italia.
Pero para ayudar a otros a vivir en el espíritu cristiano, las religiosas deben vivir ellas mismas en este espíritu y establecer una profunda relación con Jesucristo. Para ello es necesaria una vida de intensa oración, que se conforma de la vida personal y la vida comunitaria.
En Tanzania, esta comunidad religiosa crece muy rápido. En estos momentos, 33 jóvenes están en el noviciado y ya hay otras jóvenes que también quieren ingresar en la congregación. En total, la orden cuenta con 92 religiosas en Tanzania. Por desgracia, carecen de suficientes breviarios para las nuevas religiosas, pero sin breviario, la oración en común es prácticamente imposible. Por esta razón, las Hermanas nos han pedido ayuda, y nuestros benefactores han donado 1.100 euros para la adquisición de 60 nuevos breviarios, para que tengan suficientes para las numerosas nuevas vocaciones. Las Hermanas están contentísimas y rezan por todos los que las han ayudado.
