Liberia fue fundada por esclavos afroamericanos liberados que fueron reubicados en África. Los conflictos entre sus descendientes y los grupos étnicos nativos han sido constantes hasta hoy. Este país de África Occidental vivió una de las guerras civiles más sangrientas del continente africano entre 1989 y 2003, y, a día de hoy, todavía no se ha recuperado, ni siquiera anímicamente. “Más que las infraestructuras fueron destruidas nuestras almas”, asegura el P. Dennis Nimene, secretario general de la Conferencia Episcopal. Y luego llegó la epidemia del ébola en 2014/15, que golpeó duramente al país.
Los cristianos son mayoría con un 42,5%, pero los miembros de las religiones tradicionales son también un grupo de población importante que representa al 39,4%. Los límites entre ambos grupos son a menudo borrosos, ya que la mezcla de diferentes prácticas religiosas está muy extendida.
Los buenos sacerdotes son importantes para la Iglesia y la sociedad del país, porque ayudan a las personas a encontrar de nuevo la paz interior a través de la fe en Dios y la Buena Nueva de Cristo. De este modo, no solo realizan una importante contribución para personas individuales, sino que también contribuyen a la paz y la reconciliación en este país herido. Además, es importante ayudar a los fieles a profundizar en su fe para no caer en prácticas supersticiosas.
En el seminario mayor de San Pablo de Gbarna -el único del país- 34 jóvenes de las tres diócesis del país se preparan actualmente para la ordenación sacerdotal. Son futuros sacerdotes que se necesitan urgentemente, y ACN apoya con regularidad su formación.
Pero no solo los futuros sacerdotes necesitan apoyo, sino también sus formadores. Estos solo reciben un pequeño salario, y no tienen tiempo suficiente para ganarse un dinero extra atendiendo a parroquias, porque el cuidado y la promoción de las vocaciones es una tarea que requiere la máxima atención y un compromiso total. Y es que no se trata solo de dar a los jóvenes las herramientas académicas que necesitan para proclamar la fe, sino que también hay que formarlos y apoyarlos humana y espiritualmente.
El apoyo de ACN
Por eso, ACN ayuda a estos docentes proporcionándoles estipendios de Misa para que puedan dedicarse plenamente a su labor en los seminarios: unos buenos formadores que dedican tiempo a atender las necesidades de los seminaristas son el requisito previo para unos buenos sacerdotes.
Este año les hemos prometido a los diez formadores del seminario mayor de San Pablo estipendios de Misa por un total de 11.430 euros.