Islandia: La hermana Selestina conduce durante horas para reunirse con católicos y evitar que se alejen de la Iglesia

La inmensa mayoría de los islandeses pertenecen a la Iglesia evangélica luterana de Islandia. Sólo hay unos 14.000 católicos en Islandia, un país con una sola diócesis -Reikiavik- y ocho parroquias. Algunas de estas parroquias están muy alejadas entre sí. Sin embargo, nada de esto molesta a la hermana Selestina Gavric, que sabe de primera mano lo difícil que es ser misionera en un lugar así, con sus largos inviernos nevados. A veces, ir en busca de un católico es como una auténtica búsqueda del tesoro.

La religiosa croata es una de las cuatro hermanas carmelitas del divino corazón de Jesús que actualmente viven en Islandia, en una parroquia que se extiende 500 kilómetros. Sin el auto que recibió de la fundación internacional Aid to the Church in Need (ACN), la vida sería mucho más difícil y sería imposible ver a los fieles cara a cara. Incluso con el auto no es fácil.

La hermana Selestíne Gavric

Pero la hermana Selestina es una persona práctica y no le importa conducir cuatro horas para llegar a las partes más distantes de la parroquia, casi al otro extremo del país. Esto significa que los católicos algunas veces se llevan la sorpresa de la visita de la hermana, que viaja incluso solo para saber cómo están ellos.

“He visto muchos católicos que se alejan de la Iglesia por falta de contacto personal. Nosotras salimos al encuentro —agrega la religiosa— Tenemos una familia acá, otra allá… Cuando no veo gente en la Iglesia, voy a buscarlos; si sé de alguna familia que tiene por ejemplo un hijo de siete años, voy a tocar la puerta de su casa. ‘Si usted tiene un hijo de esta edad y es católico, él tiene derecho a conocer mejor su fe. Tenemos clase de catecismo para los niños. ¿Está usted interesado?’”

Islandia no es precisamente un país pequeño en extensión, pero posee tan solo 372.000 habitantes, es decir, alrededor de cuatro personas por kilómetro cuadrado. Sin embargo, la mayoría de los islandeses viven en Reikiavik y hay grandes extensiones del país completamente deshabitadas.

20 años en Islandia pero lista para Marte

Se requiere un carácter especial para ir a tocar la puerta de las casas de las familias para convencerlas de la importancia de la escuela dominical para los niños. Pero esto no es molestia para esta religiosa carmelita. Su audacia y valentía viene del fondo del alma, movida por su fe. Y si visitar a la gente no es posible, entonces siempre está la opción de internet. Cualquier cosa es mejor que descuidar la formación espiritual de los niños.

La hermana Selestina llegó a Islandia porque se le pidió ir a este país, ella iría más lejos si la Iglesia se le pidiera: “Me pidieron que viniera a Islandia. Fue una gran sorpresa. Pero cuando hacemos los votos, pertenecemos a la congregación y a todo lo que esta hace y dice. Si la congregación construyera un convento en Marte, iríamos allí de buena gana”.

La hermana Selestíne Gavric con sus compañeras (Carmelitas del Divino Corazón de Jesús)

“Somos las hermanas carmelitas del divino corazón de Jesús. Nuestra congregación fue fundada por la beata María Teresa de San José que se convirtió de la Iglesia luterana. Hay cuatro de nosotras en Islandia y estoy aquí hace 20 años”, añade agradeciendo a ACN por darle la oportunidad de llevar a cabo esta misión. “Gracias a ustedes, ACN, por apoyar la Iglesia en Islandia y que Dios los bendiga. Sin ustedes no seríamos capaces de continuar este trabajo”.

El auto donado a las hermanas carmelitas es parte del programa de ayudas que ACN lleva a cabo desde hace algunos años.

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