Situado en el interior de la región oriental africana, Uganda cuenta con unos 44 millones de habitantes. La mayor comunidad religiosa de este país es la de los cristianos con aproximadamente un 85% de la población, alrededor de un 39% de los cuales son católicos. Sin embargo, la Iglesia local se ve expuesta a una presión creciente por extremistas islámicos y la propagación de las sectas. Y la pandemia de coronavirus ha agravado aún más las carencias materiales de la Iglesia católica. Por todos estos motivos, en 2020 ACN intensificó su apoyo a la Iglesia de Uganda con estipendios de Misas y ayudas para la formación.
En 2020, la pobreza en Uganda aumentó de nuevo considerablemente a causa de la pandemia de coronavirus. El virus también tuvo consecuencias patentes para la Iglesia de Uganda, sobre todo para los sacerdotes. Así, la prohibición de celebrar servicios religiosos que se prolongó durante meses provocó una pérdida total de las colectas. Pero el confinamiento no hizo que los fieles dejaran de practicar su fe con la misma intensidad.
Al contrario: los colaboradores de ACN relatan que estos rezaron más en sus propias casas y se dedicaron a la lectura de la Biblia. Además, muchos fieles siguieron diariamente la Santa Misa por la radio, la televisión o internet.
Otros desafíos de Uganda en 2020 fueron las fuertes inundaciones y corrimientos de tierra producidos en la diócesis de Kasese en el suroeste del país y la entrada de un millón de refugiados procedentes de Sudán del Sur, los cuales aún viven en campamentos. Estos también reciben asistencia espiritual.
Pese al confinamiento, los cristianos han practicado su fe intensamente.
Pero pese a las condiciones frecuentemente adversas, se producen numerosas ordenaciones sacerdotales. En este año tan difícil, la financiación de ACN para proyectos en Uganda se centró sobre todo en ayudas a la formación para seminarios sacerdotales y dotación de estipendios para Misas.
De refugiado de guerraa catequista
John Joseph Gazi es uno de los millones de refugiados traumatizados que viven en Uganda. Tuvo que presenciar cómo su padre, su hermana y su hermano fueron asesinados ante sus propios ojos durante la guerra civil en Sudán del Sur. Él consiguió huir a Uganda, el país vecino en el que más de un millón de sudsudaneses viven en campamentos de refugiados. Pese a su difícil situación, John Joseph se formó como catequista con el objetivo de trabajar por la reconciliación y ayudar a las personas a no perder la fe ni la esperanza. ACN ha financiado su formación. En el centro Emmaus de las inmediaciones de Kampala, la capital ugandesa, se enseña a jóvenes como él para que puedan ayudar a sus compatriotas a aliviar y superar sus heridas espirituales.