La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) ha lanzado una campaña de Navidad para apoyar a los refugiados y desplazados en África y Oriente Próximo. A través de sus socios de proyectos sobre el terreno, está atendiendo las necesidades básicas de las familias, en su mayoría cristianas, proporcionándoles alojamiento y ocupándose de la educación de niños y jóvenes.
A medida que se acerca la Navidad, más de 84 millones de personas en todo el mundo se han visto forzadas a desplazarse. Este año, África ha registrado el mayor aumento de desplazados y Siria sigue siendo el país del que más personas se han visto obligadas a huir del país. Es, en estas regiones de mayor necesidad, donde ACN está concentrando sus esfuerzos.
Bartholomew Sawadago, de Burkina Faso, huyó en bicicleta después de que los yihadistas atacaran su iglesia durante la misa del domingo y mataran al sacerdote y a cinco feligreses. Él y su familia encontraron refugio a 195 kilómetros de distancia, pero ahora carecen de una vivienda digna y de comida. En diciembre de 2021, ya había 1,4 millones de desplazados en este país. Allí, los socios locales de ACN están proporcionando atención pastoral, comidas y escolarización para los niños.
Debido a la inseguridad, los sacerdotes, las religiosas y los catequistas de la mayoría de las parroquias en este país ya no pueden acudir a las aldeas para celebrar la misa e impartir la catequesis. Las actividades pastorales han quedado casi totalmente suspendidas. Esto hace que la radio sea el principal medio de comunicación con la población, especialmente en las zonas rurales. El P. Víctor Ouedraogo, director del Centro Diocesano de Comunicación de Nuestra Señora del Sahel en Ouahigouya, explica: “Es importante difundir mensajes que calmen los corazones, reconcilien a las comunidades y fomenten la cohesión social. La radio permitirá a los cristianos y a toda la población escuchar el llamamiento de los líderes religiosos a la tolerancia y a la convivencia pacífica. También, permitirá a los fieles católicos escuchar el Evangelio y las enseñanzas de la Iglesia a pesar del difícil contexto”. La producción de programas radiofónicos es otro ejemplo concreto de los proyectos que ACN ha decidido apoyar con su campaña de Navidad.
Mozambique también ha sido testigo de los estragos de los extremistas islámicos. En Pemba, el P. Edegard Silva es uno de los sacerdotes que apoyan a las personas desplazadas a la fuerza. Con la llegada de más de 800.000 refugiados del norte del país, las parroquias de Pemba han acogido a gran número de desplazados. Entre ellos se encuentra Francisco, de 52 años, cuyo hijo es una de las 3.300 personas asesinadas por los yihadistas. Francisco ha logrado poner en marcha un pequeño negocio de venta de jabón. A través de su campaña de Navidad, ACN se ha propuesto apoyar a otros desplazados de Pemba con diversos cursos, sobre actividades generadoras de ingresos, para que surjan nuevas oportunidades a través de la creación de cooperativas y pequeñas asociaciones entre la población local y los desplazados.
En Siria, diez años de guerra civil han dejado a la población traumatizada. Muchos han sufrido la crueldad de los grupos islamistas, que les han robado sus propiedades y posesiones. Los servicios de salud han colapsado y el miedo es omnipresente. Los ancianos, los discapacitados y los enfermos sufren los efectos de las sanciones internacionales. “De aquí, de Siria, Palestina, Jordania y de lo que hoy es Israel, vinieron los primeros cristianos”, explica el P. Hugo Alaniz, misionero argentino que proporciona curación a los desplazados de Alepo. “Creo que es una obligación para nosotros, como Iglesia, ayudar a los cristianos de Oriente Próximo, porque gracias a ellos conocemos el mensaje del Evangelio”.
Muchos sirios, como Majed y sus padres, se han refugiado en el Líbano, donde las parroquias locales les proporcionan atención pastoral, alojamiento y medicinas, gracias al apoyo de ACN. “Papá dice que de niño me convertí en un refugiado como el Niño Jesús”, dice Majed. “Cuando no tenemos nada que comer, vamos al lugar donde la Iglesia nos proporciona comida”.
El sufrimiento de los desplazados se manifiesta de muchas maneras: hay dolor, desorientación, pérdida de intimidad y de autoestima, rupturas de familias y de la comunidad de fe, cansancio, hambre y frío. Aquí, las manos amigas y la caridad activa de los colaboradores sobre el terreno de ACN suponen la diferencia entre la inanición y la supervivencia y entre la desesperación y la esperanza.
Gracias a los donativos recibidos durante la campaña de Navidad, los sacerdotes y religiosas podrán proporcionar a los desplazados y refugiados de muchos países una ayuda material y el consuelo de la fe. Incluso podrán entregar pequeños regalos de Navidad para llevar la alegría a los corazones de los niños.