La Diócesis católica de San Clemente, sita en Rusia meridional y con sede en Saratov, ocupa una superficie de 1,4 millones de kilómetros cuadrados, el doble que Francia. Casi 20.000 católicos viven dispersos por este enorme territorio y son atendidos por tan solo 19 sacerdotes. A menudo, en una localidad solo hay una minúscula comunidad de fieles, a veces incluso solo una familia católica, mientras que los católicos más cercanos viven a cientos de kilómetros de distancia. Evidentemente, no en todos los lugares donde existen tales microcomunidades pueden construirse iglesias, e incluso si ello fuera posible, habría demasiado pocos sacerdotes para atenderlas.
Para llegar a los católicos, los sacerdotes tienen que recorrer largas distancias. Pero que lo hagan es fundamental para la supervivencia de la Iglesia Católica, porque donde no puede acudir ningún sacerdote, los creyentes no pueden recibir los sacramentos, y existe el peligro de que el vínculo interior con la Iglesia se desvanezca y que la fe se evapore. Y así da comienzo un círculo vicioso, porque donde desaparece la fe tampoco hay vocaciones sacerdotales, y si no hay sacerdotes, aún menos personas pueden recibir atención pastoral, de modo que cada vez más personas se alejan de la Iglesia y el caldo de cultivo de las vocaciones locales se reduce aún más. Hasta el día de hoy, la mayoría de los sacerdotes son extranjeros.
Las largas distancias implican grandes gastos en combustible. Pero cada desplazamiento que un sacerdote no puede hacer porque no puede pagar el combustible hace que los fieles vuelvan a esperar en vano para poder celebrar la Santa Misa, recibir la Comunión, bautizar a sus hijos o casarse por la Iglesia, y aquí hablamos de personas que, de por sí y día a día, tienen que vivir alejados de sus hermanos y hermanas en la fe. Los sacerdotes dependen de la ayuda del extranjero para visitar y animar a su rebaño disperso. Ayuda a la Iglesia Necesitada apoya regularmente los viajes pastorales de los sacerdotes de la diócesis de San Clemente, y este año vuelve a hacerlo con 15.000 euros.
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