[vc_row][vc_column][vc_column_text]En la segunda ciudad en población de Irak, Mosul, situada al norte del país, han vuelto a repicar las campanas con ocasión de la Navidad. Esta melodía, antes tan familiar, había dejado de oírse durante los últimos cuatro años. Aquí, los cristianos pudieron celebrar en la iglesia de Mar Boulous (San Pablo), en el distrito de Al Mundshen de Mosul, la primera Misa después de la guerra. Justo antes de Navidad les habían puesto dificultades para limpiar la iglesia; pero, entonces, jóvenes musulmanes tomaron la iniciativa; también volvieron a levantar las cruces e invitaron a los cristianos, como signo de reconciliación, a celebrar la Navidad en Mosul.
Altos representantes de las Iglesias locales celebraron esta especial Misa del Gallo en Mosul especialmente para las 400 familias desplazadas. La celebración estuvo encabezada por el Patriarca Louis Raphael I Sako y el Obispo de Babilonia Shlemun Warduni (ambos caldeos), el Arzobispo siro-católico de Mosul, Mons. Youhanna Boutros Moshe, así como el Metropolita siro-ortodoxo Nicodemus Daoud Matti Sharaf. Entre los invitados de honor estuvieron también los presidentes de las universidades de Mosul y Nínive.
La mayoría de los desplazados cristianos siguen viviendo actualmente en el campo de desplazados de Erbil. Según el Patriarka Sako, entretanto se han decidido las primeras 60 familias a retornar a Mosul, y actualmente están allí. “Los esfuerzos de las Iglesias de construir la convivencia de las personas sobre una base más pacífica, están dando así sus frutos”, asegura Andrzej Halemba, el jefe de la Sección de Oriente Próximo de la fundación pontificia internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).
«Esperemos que la luz de Jesús brille en sus corazones y que ilumine nuestro mundo herido», dijo el padre dominico Najeeb Michaeel, quien participó de esta especial Misa del Gallo, punto culminante de los últimos tiempos.
En 2003 vivían en Irak aproximadamente 1,3 millones cristianos; suponían entonces un ocho por ciento de la población. Hoy en día, su número ha descendido a 250.000, por lo que son menos de un uno por ciento, según constata la fundación pontificia internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN). En Mosul últimamente no había cristianos, pues huyeron de los terroristas del EI, refugiándose en la región kurda al noreste de Irak, en la ciudad de Erbil.
La Fundación Pontificia ACN apoya el regreso de los cristianos a sus lugares de origen en Irak. Con el lema «Regreso a las raíces», ACN participa en los amplios trabajos de reconstrucción de casas y edificios de la Iglesia en la llanura de Nínive, no lejos de la ciudad de Mosul. Con unos primeros éxitos: ya ha regresado a la llanura de Nínive un tercio de los refugiados cristianos en el propio país. Con la acción navideña, ACN hace un llamamiento a nuevos donativos para el regreso de los cristianos iraquíes a sus casas.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]