Testimonios de devoción a San José

Con ocasión de la celebración del Año de San José, convocado por el Papa Francisco desde diciembre de 2020 hasta diciembre de 2021, la fundación pontificia Aid to the Church in Need (ACN) ha recogido reflexiones, testimonios y milagros relacionados con este santo de sus beneficiarios de proyectos de diferentes partes del mundo.

¿Quién es San José para mí?

Celebración del Año de San José, desde diciembre de 2020 hasta diciembre de 2021

Testimonio de la parroquia de San José en Al Hoceima, Marruecos

Nuestra parroquia se encuentra en una ciudad pequeña fundada por los españoles en los años veinte del siglo pasado que se encuentra en las costas mediterráneas de Marruecos. Aquí somos una comunidad insignificante en número pero significativa en nuestra presencia dentro de una sociedad musulmana que nos respeta y nos tiene en cuenta. Muchos elementos y aspectos de nuestra vida aquí se relacionan con San José y su legado nos ayuda y llena de sentido en nuestro caminar aquí.

La ciudad de Al Hoceima en Marruecos

No conocemos ninguna palabra expresada del esposo de María en las escritura, pero, como dice el Papa Francisco; “Dios le ha confiado los tesoros más preciosos – Jesús y María – y él ha correspondido al encargo plenamente, con fe, con coraje, con ternura, con “corazón de padre”. El trabajo y la entrega silenciosa y humilde de San José es una escuela preciosa para la misión católica en esta tierra.

Celebramos la fe dentro de nuestra Iglesia sin hacerlo en público pero acogemos, trabajamos y convivimos con una gran variedad de nacionalidades, culturas, credos y situaciones humanas que hace que el Espíritu Santo esté obrando y haciendo brillar la Buena Noticia de Jesucristo.

«Celebramos la fe dentro de nuestra Iglesia sin hacerlo en público»

En nuestra casa acogemos y acompañamos los migrantes subsaharianos que vienen de muy lejos a estas costas con la esperanza de llegar a Europa. Igual que José y María tenían que huir de Judea a Egipto, un país que no compartía ni su religión, ni su cultura, estas personas, son forzados dejar su tierra y lanzarse a un futuro totalmente incierto y peligroso. Durante su éxodo, el miedo, el temor, la indefensión, la preocupación y la vulnerabilidad son características de estos migrantes, que cruzan con el desamparo de las autoridades y con el riesgo de sufrir toda clase de vejaciones e incluso la muerte. Si en general se conoce tal situación, ¿por qué será que -aun sabiendo lo que les espera- deciden lanzarse y enfrentarse a este viaje tan arriesgado?

Los migrantes, los pobres que nos rodean y nosotros mismos podemos encontrar en san José – el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta – un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad que nos recuerda que todos los que están aparentemente ocultos o en “segunda línea” tienen un protagonismo sin igual en la historia de la salvación.

«En nuestra casa acogemos y acompañamos los migrantes subsaharianos que vienen de muy lejos»

Hace dos semanas uno de nuestros beneficiarios, Joél de Guinea-Conakry, se acercó porque su esposa había dado luz recientemente y querían bautizar a su bebé. Preparamos a los padres para este sacramento y por ser el año de San José se va llamar José. El día de la resurrección se celebrará su bautizo.

Esta familia que malvive en un apartamento estrecho junto con 16 personas más celebra con gozo este acontecimiento porque confían en la providencia de Dios y en sus propias fuerzas tal como lo vivió la sagrada familia.

Icono de Nuestra Señora de Marruecos

Testimonio de la Hermana Carmelita Descalza, hija de Santa Teresa de Jesús de Ávila, de Ciudad del Este, Paraguay

«El año 2020 fue realmente un año muy especial para el mundo entero, por la situación de pandemia que estamos viviendo, pero antes que llegue a nuestro país, mi familia particularmente tuvo una experiencia fuerte.

Procesión durante la pandemia de COVID-19 en Ciudad del Este, Paraguay

La esposa de mi hermano José Félix, fue internada de urgencia con un diagnóstico de apendicitis. En el hospital solo contaba con un cirujano y otros pacientes más con el mismo diagnostico delante de ella y solo le restaba esperar su turno para ser atendida, pasaron las horas y la enferma ya estaba con una peritonitis agudo y sin contar con una cama en terapia intensiva los médicos estaban temerosos en someterla quirúrgicamente, la paciente ya estaba muy grave.

Con la advertencia a su marido que la paciente puede quedarse en quirófano, o después podría tener complicaciones, que provocaría la muerte, los médicos le operaron pasado las 20hs de internación.

Yo, escribí el nombre de mi cuñada en un papel, y le puse bajo la almohada de San José dormido, suplicando su intercesión y que se salve si es la voluntad de Dios, que tiene dos hijos pequeños y necesitan de su madre.

«Escribí su nombre en un papel, y le puse bajo la almohada de San José dormido»

Y el santo no se hizo esperar, la operación salió con éxito, aunque encontraron también una inflamación de la vesícula y quedaron los médicos con reserva de su evolución; en la semana le dieron el alta, se recuperó rápidamente y para sorpresa de los médicos, la paciente ya no necesita operarse de las piedras en la vesícula.

Este milagro estoy segura que san José me regalo» Hna. Blanca de Jesús Misericordioso

Hermanas Carmelitas Descalzas de Caacupe, Paraguay
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