La mañana de Pascua de 2019 será para siempre un recuerdo terrible para el pueblo de Sri Lanka: ese día, una serie de atentados suicidas en tres iglesias y tres hoteles se cobró la vida de unas 300 personas, y más de 500 resultaron heridas.
La Archidiócesis católica de Colombo acudió inmediatamente al lado de los heridos y los familiares de los fallecidos para curar las heridas, enterrar a los muertos y aliviar la necesidad más acuciante. No obstante, los traumas psicológicos son profundos y, además, la gente teme que ataques similares puedan volver a producirse en cualquier momento.
Los sacerdotes permanecieron en primera línea, enfrentándose a tragedias casi infinitas y a un sufrimiento inconmensurable. “En nuestro país, un sacerdote no es solo un consejero espiritual, sino también la persona de referencia para todos los asuntos sociales. Nuestro pueblo obedece a los líderes religiosos y los respeta más que a los líderes políticos. Y para ello tenemos que formarlos”, dice el P. Jude Chrysantha Fernando, responsable de Comunicación Social de la Archidiócesis de Colombo.
También algunos sacerdotes sufrieron traumas; estaban en estado de shock y desanimados, y sufrían con los afectados. Además, estaban agotados por estar de servicio día y noche durante semanas, sin descanso. Uno de los problemas fue la falta de laicos fuertes y bien formados que apoyaran a los sacerdotes. Por ello, la Archidiócesis de Colombo ha puesto en marcha un programa de formación para capacitar a sacerdotes, religiosas y laicos para prestar ayuda y reaccionar adecuadamente en situaciones difíciles.
Gracias al apoyo de ACN, sacerdotes, religiosas y laicos han asistido a talleres dirigidos por psicólogos, sacerdotes experimentados y demás expertos. Allí han aprendido a apoyar y reconfortar a personas en situaciones difíciles y a abordar conflictos. En dichos talleres han reforzado su confianza en sí mismos, de modo que ahora saben cómo responder adecuadamente ante estas situaciones. Además, a los participantes también se les enseñó a prevenir sus propios traumas en situaciones similares. ACN ha apoyado este programa de formación con 4.900 euros. ¡Muchas gracias a todos los que han contribuido a ello!