El padre George Mangalapilly es un sacerdote de la India absuelto recientemente de un supuesto delito de “conversión religiosa forzada”. El 14 de diciembre de 2017, un grupo de radicales hindúes atacó al sacerdote y a un grupo de seminaristas mientras cantaban villancicos por las calles del pueblo de Bhumkahar, Jawahar Nagar en el estado de Mashhya Pradesh. Fueron arrestados por la policía y esa misma noche se abrió un caso judicial contra el padre George. En septiembre de este año, tras cuatro años de batallas legales, un Tribunal Superior de la India le ha absuelto. La entrevista ha sido realizada por Aid to the Church in Need (ACN)
ACN: ¿Cómo sucedieron los hechos ese día de diciembre de 2017?
32 seminaristas que estaban estudiando teología y dos sacerdotes fuimos a un pueblo llamado Bhumkahar, Jawahar Nagar que está a 16 kilómetros del seminario. Como siempre habíamos hecho, organizamos un programa de Navidad, con algunas actividades culturales con la ayuda de la gente del pueblo. El programa estaba casi terminando cuando un grupo de personas se presentó y disolvió la reunión, comenzó a insultarnos y a tratar de golpear a algunos de nuestros seminaristas. Nos ordenaron que paráramos y nos dijeron que necesitábamos un permiso oficial para celebrar estos actos. Unos minutos más tarde, vinieron policías de la ciudad y nos ordenaron que paráramos y nos llevaron a todos a la comisaría.
Nos acusaban de intentar convertir al cristianismo a la gente de allí, pero este programa se había hecho durante muchos años y era parte de la formación del seminario. De camino a comisaría, contactamos con el seminario y algunos sacerdotes acudieron a comisaría. Después de una hora o más, llegamos a la comisaría y nos metieron a, los 32 seminaristas, dos sacerdotes y otros siete sacerdotes que vinieron a indagar sobre el tema, entre ellos el rector del seminario, y un conductor local, todos juntos en una habitación de la comisaría hasta la madrugada.
¿Cómo vivió el momento en que la policía lo arrestó?
El tribunal concedió la fianza muy tarde, en la noche. Después de obtener la fianza, se les permitió a todos los demás regresar al seminario, llegamos al seminario a las 7:30 pm. Pudimos regresar a nuestro seminario después de más de veinticuatro horas. Estuvimos retenidos en la comisaría sin comida ni agua durante horas. Como se trataba de una acusación de conversión, teníamos miedo de si obtendríamos fianza o no.
En esos momentos pasé miedo. Miedo porque no sabía que iba a pasar, pero también sabía que no había hecho nada malo. Estaba muy preocupado por los 32 seminaristas que me acompañaban, todos en una misma habitación de la comisaría. Pero me sentía reconfortado por no estar solo y tener a los otros sacerdotes conmigo.
Después de que fue arrestado, los radicales hindúes quemaron su coche y amenazaron con matarlo…
Sí, quemaron el coche pero no había nadie dentro. El coche de los sacerdotes de la Sociedad Claretiana, que vinieron a preguntar por nosotros y dirigen una escuela cerca del seminario en el pueblo, fue incendiado mientras los cuatro claretianos estaban dentro de la comisaría conmigo. No sabemos quién fue, pero sabemos que fueron algunas personas del grupo radical. La policía arrestó a una persona y le acusó del caso, pero luego quedó libre. No se dio compensación alguna a los sacerdotes. Los vehículos del seminario fueron puestos bajo custodia y lo que había en el interior de los vehículos también desapareció.
¿Por qué se consideró que estaban haciendo algo ilegal?
Nosotros estábamos autorizados a hacer lo que hicimos , pero nos acusaron de intentar convertir a gente al cristianismo con este programa. Según la Ley de Libertad Religiosa de Madhya Pradesh, de 1968, nadie puede ser forzado a convertirse al cristianismo. Fue una acusación falsa y sin fundamento. El seminario ha estado allí más de veinticinco años y nunca hemos forzado a nadie a convertirse. Uno de los que me acusó era un pobre hombre sin educación. Él dio su testimonio a los medios de comunicación y cambió su propia declaración en el tribunal durante el juicio, por lo que pudimos ganar el caso en el Tribunal Supremo.
Aparte del testimonio de este hombre, no hay nada registrado en mi contra. No queremos ninguna venganza contra él. Me reuní con él varias veces y había entendido el terrible problema que había creado.
Padre Georges, ¿cómo han sido estos 4 años esperando la sentencia?
Ha sido un tiempo muy duro para muchos. He tenido que vivir muchos procesos. Cada dos semanas tenía que ir al juzgado a firmar, y así durante dos años y medio. Este fue un hecho aislado, pero los ataques a los cristianos han sido muchos. En este caso, nosotros apelamos hasta la corte suprema porque sabíamos que éramos inocentes pero hay otros muchos casos que no se han resuelto aún. La gente ha experimentado persecución y encarcelamiento también en el pasado, pero la fe de los cristianos es muy fuerte a pesar de esta presión. Ninguna persecución podrá apartarnos de la fe.
¿A qué se debe esta persecución a los cristianos en la India?
Esta persecución contra los cristianos no es nueva, no es la primera vez en la historia de la India que hay casos así, como el nuestro, especialmente en los estados gobernados por grupos radicales.
Tienen miedo de los cristianos porque educan a las personas, especialmente a las pobres, marginadas y oprimidas. Estamos enseñando a leer y escribir a personas que antes no podían hacerlo. En la India, hay mucha gente pobre y analfabeta y la Iglesia los está educando. Por supuesto, muchos temen que, si las personas reciben educación, comenzarán a reclamar sus derechos.
Durante la persecución la Iglesia crece, no crece cuando todo son comodidades, sino que el Señor dice: “Si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” Mt. 16:24. Así es como crece, es parte del cristianismo. Por la providencia de Dios, lo que pasó da a conocer el mensaje de Cristo vivo en todo el mundo más eficazmente que el anuncio que hemos estado haciendo estos últimos años. Esto ayuda a conocer el mensaje de Jesús, cómo nos amamos unos a otros, cómo vivimos nuestra fe en Jesús…
Les agradezco sinceramente a todos ustedes, los medios de comunicación, los defensores, los jueces, todas las personas de la Iglesia. Oramos por todos ellos, incluso por aquellos que estaban en contra nuestra, , como el Señor Jesús nos pidió, orar incluso por aquellos que nos persiguen.