En una entrevista con ‘Ayuda a la Iglesia Necesitada’ (AIN), el Prefecto de la Congregación
para el Culto Divino, S.E. Robert Cardinal Sarah, habla de la aportación de la Iglesia africana a la Iglesia Universal, del Islam en África y en el mundo, de la relación de la Iglesia con la política y de las necesidades de la Iglesia africana. En dicha entrevista afirma que “la Iglesia necesita unidad de fe, unidad de doctrina y unidad de enseñanza moral. Tiene necesidad de la primacía del Papa”.
Por Jürgen Liminski
AIN: ¿Cuál es la relación de la Iglesia africana con la Iglesia Universal?
Su pregunta, tal como la plantea, me plantea un poco un dilema, pues, en realidad, la Iglesia que está en África forma parte de la Iglesia Universal, por lo que forma con ella una sola y única Iglesia: esto significa que no hay una “Iglesia africana” y, frente a ella, una “Iglesia Universal”. Su pregunta sugiere que la Eclesiología descansa sobre la comunión de las Iglesias, y en esto tiene razón. No obstante, cabe recordar que la Iglesia Universal no es una especie de federación de Iglesias locales. La Iglesia Universal está simbolizada y representada por la Iglesia de Roma con su cabeza, el Papa, que es el sucesor de San Pedro, el jefe del Colegio Apostólico: por tanto, la Iglesia Universal ha dado vida a todas las Iglesias locales y es ella la que las mantiene en la unidad de la fe y el Amor. Como dijo San Ignacio de Antioquía, la Iglesia de Roma es “la Iglesia puesta a la cabeza de la caridad”. Es, por tanto, la profesión de la fe común y nuestra fidelidad a Cristo y a su Evangelio, en unión con el Papa, lo que permite que la Iglesia viva en comunión.
AIN: ¿Es ello una necesidad absoluta para evitar la confusión? ¿No pueden acaso existir Iglesias nacionales?
Sin una fe común, la Iglesia se vería amenazada por la confusión y podría caer progresivamente en la dispersión y el cisma. Todavía hoy es grande el riesgo de trocear a la Iglesia, de romper el Cuerpo místico de Cristo al insistir en las identidades nacionales de las Iglesias y, por tanto, en la capacidad de estas de decidir por ellas mismas en relación con un ámbito tan crucial como el de la doctrina y la moral. Como dice Benedicto XVI: “Está claro que una Iglesia no crece singularizándose, separándose a escala nacional, encerrándose en un compartimento cultural bien preciso, dándole así un significado cultural o nacional absoluto, sino que la Iglesia tiene necesidad de unidad de fe, de unidad de doctrina y de unidad de enseñanza moral. Tiene necesidad de la primacía del Papa y de su misión de fortalecer la fe de los creyentes”. Además, África siempre ha considerado y visto en a la Iglesia una familia, la familia de Dios.
AIN: ¿Y cuál es hoy la aportación de la Iglesia africana a la Iglesia Universal?
En esto somos fieles a la eclesiología de la Carta a los Efesios: “Por lo tanto, ya no sois extranjeros y huéspedes, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios » (Ef 2, 19). E incluso aunque la Iglesia de África Septentrional sea muy antigua, en la actualidad se considera a la Iglesia subsahariana como el fruto misionero y la hija de las Iglesias de Occidente. Esta debe poder confiar en la experiencia teológica, litúrgica, espiritual y, sobre todo, monástica, y también en el apoyo económico de las Iglesias del antiguo Cristianismo de Occidente. Por su parte, la Iglesia que está en África puede ofrecer humildemente a Occidente las maravillas que Dios ha operado en ella a través del Espíritu Santo y las tribulaciones que Jesús continúa soportando en medio de los sufrimientos y la miseria material de sus fieles.
AIN: ¿Cuáles son las necesidades de la Iglesia en África?
Son múltiples: enfermedades, guerras, hambre y la falta crucial de estructuras educativas y sanitarias. Y luego está también la intoxicación de ideologías de origen occidental: el comunismo, la ideología de género… África se ha convertido en el vertedero de productos anticonceptivos, de armas de destrucción masiva. Y también es el escenario del robo organizado de materias primas: con este fin se organizan y planifican las guerras, y se fomenta el desorden en el continente africano. Allí explotan sus recursos naturales en ausencia total de reglas y leyes. Las potencias económicas mundiales deben cesar de saquear a los pobres aprovechándose de la pobreza y la falta de instrucción, tecnología y recursos económicos para promover guerras y saquear los recursos naturales de pueblos débiles y sin medios materiales.
AIN: ¿Representa el Islam un peligro para la supervivencia de la Iglesia Católica en África?
Durante varios siglos, el Islam subsahariano como religión ha coexistido de forma pacífica y armoniosa con el Cristianismo. En cambio, el Islam que se presenta como una organización política que quiere imponerse al mundo entero no solo constituye un peligro para África. También lo es, principalmente, para las sociedades del continente europeo que, demasiado a menudo, ya no tienen una identidad ni una religión. Los que niegan los valores surgidos de su propia tradición, de su cultura y su religión están condenados a desaparecer, pues han perdido toda la motivación, toda la energía y toda la voluntad necesarias para luchar en defensa de su identidad.
AIN: ¿Cómo puede ‘Ayuda a la Iglesia Necesitada’ como fundación pontificia prestar un mejor apoyo a la Iglesia de África?
En la actualidad, todas las organizaciones caritativas, entre ellas también católicas, se orientan unilateral y exclusivamente hacia la ayuda en situaciones de pobreza material, pero “el hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”, dice Jesús (cfr. Mt 4, 4). Por tanto, animo a AIN a destinar su ayuda a la formación de sacerdotes, futuros sacerdotes, religiosos y religiosas y catequistas; a la construcción de iglesias y seminarios, y a los retiros espirituales de obispos y sacerdotes. Suplico humildemente a todos sus bienhechores y amigos que apoyen generosamente la gran obra misionera de AIN en todo el mundo y, sobre todo, en África. En realidad, los obispos y sacerdotes que no destinan un tiempo –al menos durante algunos días– a comparecer ante Dios desde la soledad, el silencio y la oración corren el riesgo de morir en el plano espiritual o, al menos, de secarse interiormente. De hecho, ya no serán capaces de procurar un alimento espiritual sólido a los creyentes que les han sido confiados, si ellos mismos no se alimentan del Señor de forma regular y constante.
AIN: ¿Habría que hablar también de problemas políticos?
La Iglesia se equivoca gravemente acerca de la naturaleza de la crisis actual cuando piensa que su misión esencial reside en aportar soluciones a todos los problemas políticos concernientes a la justicia, la paz, la miseria, la acogida de inmigrantes, etc., y descuida la evangelización. Ciertamente, como Cristo, la Iglesia no puede permanecer indiferente ante los problemas humanos, pero ella no lo hace como demuestran sus escuelas, sus universidades, sus centros de formación profesional, sus hospitales y dispensarios… No obstante, me permito citar a un italiano que se ha convertido al Islam (y hay más de cien mil en Italia que lo han hecho). Se llama Yahya Pallavicini y hoy es imán, presidente de la CO.RE.IS. (Comunidad Religiosa Islámica) y profesor de la Universidad Católica de Milán: “Si la Iglesia, con el entusiasmo que muestra en relación con los valores de la justicia, los derechos sociales y la lucha contra la pobreza, se olvida de su alma contemplativa, fracasa en su misión y será abandonada por numerosísimos creyentes porque ya no se reconocerá en ella lo que constituye su especificidad”.