Este año no habrá luces de Navidad en Alepo, pero sí mucha esperanza

Las luces brillantes y festivas solían ser un elemento fundamental de la decoración navideña en Alepo, antes del comienzo de la guerra civil, pero el elevado precio de la electricidad en la ciudad hace que eso ahora parezca  un lujo.

Según el arzobispo maronita de Alepo, Mons. Joseph Tobji, este año la Navidad será más sombría que antes de que comenzaran los combates: “Antes de la guerra en Siria, la Navidad era una celebración importante y muy hermosa. Los adornos, las luces,… todas esas cosas creaban un ambiente muy agradable. Ahora, en cambio, carecemos de muchas cosas, de electricidad, de gasolina,… de tantas cosas que contribuyen a hacer la vida un poco más fácil”, explica el arzobispo Tobji, añadiendo que “siempre habrá alguna decoración externa, siempre la habrá porque es Navidad, pero no como antes de la guerra”.

“La gente en Siria no piensa en estas cosas porque está sufriendo mucho y no se puede sufrir y celebrar algo al mismo tiempo. No obstante, en nuestra misión pastoral intentamos infundir un poco de alegría y un poco de esperanza en los jóvenes, las familias y los niños,  para ello repartimos regalos para que la Navidad sea un poco más alegre”, señala el arzobispo.

Aunque los combates continúan en las regiones fronterizas con Turquía, donde los rebeldes respaldados por Ankara siguen dominando parte del terreno, la paz ha vuelto a la mayor parte del país.

“Cuando todavía había bombardeos era peor en términos de seguridad, no se podía salir a la calle y no podíamos celebrar la misa del gallo, por ejemplo, así que desde ese punto de vista era peor que ahora. Ahora podemos salir con seguridad”, informa el líder de la Iglesia maronita local durante una visita a la sede internacional de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada.

“Sin embargo, lo paradójico es que si preguntas a cualquiera por la situación actual, te dirá que la situación era mejor durante los bombardeos. Cuando se vive en un estado de pobreza todo resulta deprimente. Por ello, la gente  dice que era más feliz durante los bombardeos”, añade.

El arzobispo recuerda claramente el momento en que su propia catedral fue destruida por una explosión. Cuando Alepo quedó libre de rebeldes contarios al régimen -en diciembre de 2016-, con la iglesia principal de la comunidad en ruinas, fueron los jóvenes maronitas los que aportaron la energía necesaria para levantarse y seguir adelante.

“Primero, creímos que sería imposible celebrar la Navidad solo diez días después de la liberación de Alepo, pero fueron los jóvenes quienes insistieron: montaron el belén en las ruinas y aquella misa fue histórica”.

Cinco años después, la misa volverá a celebrarse en la catedral, ahora renovada con la financiación de ACN: un regalo de Navidad para toda la Iglesia, opina el arzobispo. “Yo creía que era el fin, que la iglesia estaba destruida, ¿cómo se iba a reconstruir? Costó mucho esfuerzo y, poco a poco, lentamente, el Señor nos concedió la gracia de otorgarnos una nueva Navidad”.

La guerra ha destruido muchas cosas en Siria, pero no ha logrado arruinar la buena relación que continúa existiendo entre los diferentes grupos religiosos. Los musulmanes siguen visitando a sus amigos y vecinos cristianos en Navidad y los cristianos hacen lo mismo en las fiestas musulmanas. En cuanto a los propios cristianos, aunque estén divididos en nueve comunidades diferentes, la celebración de la Navidad es un factor unificador.

Por eso, para los cristianos de Alepo, la restauración de la catedral es un símbolo de la esperanza que Mons. Joseph Tobji y otros obispos intentan infundir en sus fieles. “Todo va mal, así que ¿cómo podemos decirle a la gente que estamos bien? No hay ningún indicio de que las cosas vayan bien. El único signo es el Señor, Él es el señor de la historia, el señor de la vida y de la muerte, de todo. Por lo tanto, si Él nos concede su gracia, todo está bien. Debemos ayudarnos mutuamente, no hay que preocuparse por el futuro. Nosotros nos ponemos siempre en manos del Señor. Él nos da lo que necesitamos en cada momento,  lo que necesitamos ahora es conversión y ayudarnos unos a otros a soportar nuestra cruz. La vida no siempre está llena de alegría y felicidad, así funcionan las cosas y nosotros lo soportamos, pero con esperanza”.

ACN viene apoyando a los cristianos de Alepo desde el inicio de la guerra,  el arzobispo destaca su gratitud por esta ayuda, que también contribuye a dar esperanza a la comunidad. “Estamos  muy agradecidos a todos los benefactores que nos han ayudado a través de ACN. Sin este apoyo, no creo que los cristianos hubieran podido resistir en Alepo hasta ahora, no hubiéramos sabido qué hacer”.

“Muchas gracias, mil gracias a todos los que nos han ayudado, aunque sea con un euro, ¡gracias de todo corazón!”, exclama Mons. Joseph Tobji.

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