En su reciente visita a la sede en Alemania de ACN, el cardenal Désiré Tsarahazana, arzobispo de Toamasina, Madagascar, insistió en la necesidad de no perder la esperanza para poder vencer el mal. En entrevista con ACN, el cardenal habló de la degradación que está ocurriendo principalmente por la corrupción, pero también por la falta de educación y de civismo en el país.
¿Cómo describiría la situación de la Iglesia en Madagascar?
Hay muchos cristianos. En la mayoría de las diócesis hay un crecimiento de la fe cristiana y las iglesias se llenan. Pero, inmediatamente, tengo que mencionar que existe un gran contraste en nuestro país. Tiene muchos recursos, pero es un país que se está degradando. Y ahí nos planteamos la pregunta si realmente somos cristianos, si vivimos como Jesús nos enseñó, viviendo al servicio de los demás. Este contraste, esta diferencia, me inquieta. Hay cristianos, pero la fe tiene que ir más a fondo. Se requiere que la fe sea realmente vivida y no simplemente una práctica exterior. Si vivimos como enseña Jesús podremos desarrollarnos mejor.
Usted menciona que el país se está degradando ¿Cuál diría que es la causa principal de esta degradación?
Existe una degradación ligada principalmente a la corrupción. Mucha gente quiere entrar en la política para enriquecerse lo más rápido posible. Piensan: Me aprovecho de esta situación o de otra para enriquecerme. También está la falta de educación y de civismo, pues no solo es una degradación económica sino también social. Las dos están ligadas. Si hay corrupción, hay injusticia; si hay injusticia, no hay paz.
¿Cómo cree usted que se puede vencer la corrupción en su país?
La esperanza es fundamental. Si uno cae en la desesperanza, se pierden las ganas de hacer cualquier cosa por cambiar una situación, especialmente cuando uno está sufriendo. Pero si uno tiene esperanza de que las cosas pueden mejorar algún día, surge el coraje, la valentía. No nos podemos dejar vencer por la desesperanza, por el mal. Hay que contar con el Señor porque puede venir el pensamiento de por qué hacer el bien si todo el mundo está haciendo mal las cosas. Pero nosotros tenemos que trabajar por hacer el bien y el Señor hará el resto.
¿Cuáles cree usted que fueron los principales frutos de la visita del Papa en 2019?
El Papa vino a dar esperanza. Mucha gente viene a pedirme consejo sobre qué hacer con su vida y con la situación del país. La visita del Papa ha reforzado el deseo de la población de hacer frente a la vida diaria. En mi caso, me ayudó a reforzar mi convicción de trabajar por el bien. Nos hemos acostumbrado a la fe. Es muy fácil acostumbrarse a ir a misa, por ejemplo. Pero es primordial entender qué significa ser cristiano verdaderamente. Es necesario estar convencidos de la propia fe, de descubrir la necesidad de rezar, de entrar en contacto con el Señor, con Dios. Es necesario que nuestra fe vaya más allá de la costumbre, que descubramos nuestra necesidad real de la fe. Por eso, la visita del Papa ha sido un impulso para reavivar nuestra esperanza.
La población en el país es, en general, muy pobre. Sumado a esto, el país ha sufrido mucho por varios desastres naturales en los últimos años. ¿Cómo ha afectado esto la pastoral de la Iglesia?
Estas catástrofes, los ciclones, las inundaciones definitivamente han agravado la situación de pobreza de la población. Todos hemos estado muy preocupados por esto. Pero hemos logrado trabajar en equipo, las diócesis que no han sido muy afectadas han apoyado a las diócesis que más han sufrido las consecuencias de estas catástrofes. Hemos vivido la solidaridad y el amor en estas circunstancias.
Otros países del continente africano han sufrido violencia en nombre de la religión. ¿En su país se ha visto violencia de este tipo?
En nombre de la religión no ha habido violencia en nuestro país. Hay un crecimiento elevado de construcción de mezquitas en muchos sitios, pero la relación entre cristianos y musulmanes es buena, no hay violencia, no hay odio, podemos cohabitar. Sin embargo, no sabemos qué puede pasar si el número de musulmanes en el país sigue aumentando. Pueden venir extremistas musulmanes de otras partes, como ha pasado en otros países africanos donde se ha dado violencia contra los cristianos.
¿Qué tipo de ayuda han recibido de ACN?
Hemos recibido mucha ayuda, por ejemplo, para vehículos 4×4 y motocicletas. La mayoría de las iglesias en el país están muy aisladas. Los sacerdotes tienen que ir a veces a lugares muy apartados para celebrar la misa y dar catequesis. Algunas veces, tienen que caminar dos o tres días para ir a atender a algunas poblaciones. Yo mismo he hecho estas travesías, de tres días a pie, aunque ahora ya no lo puedo hacer. También, hemos recibido ayuda para la comunicación por radio que nos ayuda para formar en la fe a la gente y estamos muy agradecidos por esto. Quisiéramos que nos sigan ayudando para que la radio pueda cubrir la totalidad de nuestra diócesis.
Yo le agradezco de todo corazón a ACN y a todos los benefactores por la ayuda que nos han brindado. También, porque por su fe hemos podido sostener también nuestra fe. Nosotros los llevamos en nuestras oraciones cotidianas, continuamos rezando por ustedes. Que Dios los bendiga y los acompañe y que permanezca en nosotros el amor de Cristo.