Ghana es un país del oeste de África con casi 29 millones de habitantes. La gran mayoría de ellos –alrededor de un 70%– son cristianos. Casi todos pertenecen a comunidades protestantes. Solo un 15% aproximadamente son católicos. En el norte del país sobre todo, la Iglesia sufre los efectos de una mala infraestructura, la expansión de las sectas y la falta de nuevas generaciones de sacerdotes. Por ese motivo, ACN fomenta activamente la formación de sacerdotes y ofrece estipendios de Misas para ayudar a la Iglesia católica en Ghana en su camino hacia un futuro mejor.
El norte y el sur de Ghana son zonas muy diferentes. El norte está cerca del Sahara, y se caracteriza por la sequía y la pobreza. Muchas personas en edad de trabajar emigran hacia el sur, dejando tras de sí a niños y personas mayores. Al contrario que en el resto del país, mayoritariamente cristiano, en el norte viven sobre todo musulmanes o seguidores de religiones tribales. Los cristianos son allí una minoría muy pequeña. Pese a ello, la convivencia entre las comunidades religiosas ha sido
siempre pacífica.
Para muchos de los habitantes, la fe cristiana es una liberación de su miedo a la brujería y a los fantasmas.
Kinga von Poschinger, responsable de proyectos.
ACN recibe muchas solicitudes de ayuda sobre todo del norte del país, la zona más desfavorecida. Allí, la Iglesia se enfrenta a numerosas dificultades. El estado de las carreteras es extremadamente malo y el número de sacerdotes es insuficiente para atender a los fieles, que se encuentran diseminados por zonas muy extensas. Al igual que en muchos éste países africanos, aquí la Iglesia también se hace cargo de tareas que son competencia del Estado, pero que éste no es capaz de asumir, como por ejemplo la educación y la sanidad. Aunque la Iglesia es consciente de que su tarea principal es la divulgación de la fe, y a ella se dedica con eficacia. Muchos de los seguidores de religiones africanas tradicionales se sienten atraídos por el Cristianismo.
Pero allí donde la Iglesia no está presente, a menudo se propagan sectas que suelen ser financiadas desde el extranjero. Para garantizar el futuro de la Iglesia, ACN apoya sobre todo la formación de los sacerdotes que tanta falta hacen. Además, ayudamos a los clérigos en activo, con estipendios de Misas y posibilitamos su participación en ejercicios espirituales para que puedan reponer fuerzas, pues ellos desempeñan su labor con la máxima dedicación y en las condiciones más duras.