Burkina Faso ha sido considerado durante largo tiempo un modelo de convivencia pacífica entre religiones. En este país del oeste de África, más de un 60% de los 20 millones de habitantes son musulmanes, y aproximadamente un cuarto de la población es cristiana. Sin embargo, desde 2019 el país se ha convertido en un foco de violencia yihadista, dirigida principalmente contra los cristianos y los edificios eclesiales. La pandemia de coronavirus ha agravado aún más la crisis de la Iglesia local. En 2020, ACN apoyó a Burkina Faso con numerosos proyectos de ayuda que llevaron la esperanza a muchos fieles.
La agresión yihadista afecta sobre todo a las regiones del país situadas en el norte, en el este y en la zona del Sahel. Los “guerreros de Dios” quieren crear allí un califato. Casi un millón de personas han sido expulsadas de esas regiones desde 2019. Miles de desplazados internos malviven en las pocas aldeas que aún siguen habitadas.
Hemos visto a los yihadistas matar sin compasión.
Etienne, refugiado de 14 años de edad
La situación también es desoladora para los más pequeños. Más de 1.000 escuelas han cerrado o han sido destruidas. Los niños corren peligro de ser reclutados forzosamente como soldados. Por fortuna, las elecciones presidenciales y parlamentarias de noviembre transcurrieron en gran medida sin contratiempos pese a la amenaza terrorista.
La pandemia de coronavirus es una carga adicional para la población de Burkina Faso. Nuestros colaboradores se refieren al virus como “una desgracia en medio de la desgracia”.
También la Iglesia se ha visto afectada. En el seminario sacerdotal San Pedro y San Pablo de Uagadugú, uno de los profesores murió de COVID-19 y cuatro postulantes enfermaron por el virus.
Los jóvenes que allí estudian proceden en su mayoría de familias que han tenido que huir a causa de los atentados yihadistas. ACN apoyó a los seminaristas y a sus familias con subsidios económicos y les ayudó con la financiación de material de protección contra el coronavirus.
El terrorismo causa incluso más muertes que la COVID-19.
Sacerdote de la diócesis de Kaya
ACN también financió la ampliación de la radio católica en Burkina Faso. Sobre todo en las zonas en crisis, la radio es un instrumento importante de divulgación de la fe y una fuente de consejo e información. Y la crisis del coronavirus ha reforzado aún más su importancia. Además, ACN apoyó con subsidios económicos a los sacerdotes y religiosas que auxilian a la población y ayudó a los catequistas desplazados y a sus familias, quienes cumplen una función importante en la atención pastoral.