La jefa del Departamento de Proyectos de AIN, Veronique Vogel, estuvo en India de octubre a noviembre de 2016. Allí visitó a la Iglesia Católica india de Orissa (ahora oficialmente Odisha). La entrevista la hizo María Lozano.
Odisha siempre había sido un lugar donde la gente convivía pacíficamente pese a las diferencias religiosas y el rango social –hindúes, cristianos, grupos indígenas (llamados tribus), dalits– hasta 2008, cuando, de repente, surgió una explosión de violencia contra los cristianos. ¿Cuál es ahora la situación general en Odisha?
Pasados algunos años, la situación ha mejorado, pues ha cesado la violencia. La mayoría de la gente ha retornado a sus aldeas o, cuando no ha sido posible, ha sido reasentada en algún lugar cercano. Por tanto, la situación ha mejorado mucho. No obstante, sigue habiendo miedo; el miedo está presente en el corazón de los cristianos –católicos y protestantes– porque se han dado cuenta de que la violencia puede volver a surgir en cualquier momento. Además, han visto que la gente que instigó la violencia contra ellos era gente de fuera de su región impulsada por la ideología fundamentalista del partido nacionalista hindú BJP. Por ello saben que, mientras el BJP siga en el poder en los gobiernos central y locales, esto puede volver a ocurrir. Por ello, la situación es mucho mejor, pues no hay violencia, pero la gente sigue estando preocupada.
¿Qué tipo de tensiones creó el BJP?
La gente del BJP instigó a la violencia a dos niveles: por un lado, intentaron agitar a las tribus para que estás se enfrentaran con la comunidad dalit y causaron así problemas en comunidades que habían convivido pacíficamente. Los miembros de las tribus suelen ser propietarios de tierras, mientras que la mayoría de los dalit no lo son. Sin embargo, estos últimos también quieren progresar y poder poseer tierras propias. Entonces, los miembros del BJP provocaban a las tribus, incluso a sus miembros cristianos: “Mirad a los dalit, ahora quieren los mismos derechos que vosotros. Quieren tener sus propias tierras”. Y así empezaron a sembrar la desconfianza. Por otro lado, existe un hostigamiento por motivos religiosos: los hindúes fundamentalistas quieren predisponer a los habitantes hindúes de las aldeas contra sus vecinos cristianos.
AIN lleva mucho tiempo destinando ayudas a Odisha, en especial, a la Archidiócesis de Cuttack-Bhubaneshwar y, en el seno de esta, al distrito de Kandhamal, que se ha visto gravemente afectado por los disturbios. ¿Podría decirme cuál ha sido en su viaje el momento más emocionante para usted?
Sí; para mí fue especialmente emocionante la acogida que nos dispensó la gente de algunas aldeas en las que hemos financiado la construcción de capillas. Nos esperaban fuera de las aldeas y nos acompañaban con cantos y danzas por todo el camino hacia las capillas financiadas por nuestros bienhechores. Las capillas me gustaron mucho: estaban bien hechas y pintadas de bonitos colores; son un lugar decente donde los creyentes pueden practicar su culto de forma digna. A esta gente le llenaba de alegría poder darnos las gracias tanto por la construcción de la iglesia como por el hecho de que no nos hubiéramos olvidado de ella y nos tomáramos la molestia de ir a visitarla.
Otra experiencia muy emotiva para mí fue sentir la alegría de la gente que nos daba la bienvenida y después comprobar cómo, repentinamente, el ambiente cambiaba completamente cuando nos sentamos con los creyentes y estos empezaban a hablar de lo que había ocurrido en el pasado. Presencié la alegría en los cinco minutos previos y luego, de repente, tienes a personas que te cuentan historias terribles como la siguiente: “Nuestros vecinos acudieron a nuestra casa para matarnos; salimos corriendo y ellos se quedaron con todas nuestras pertenencias y destruyeron nuestras casas”. También nos contaron que hubo muchos heridos e incluso algunos crueles asesinatos. Y fue tan impactante comprobar que, pese a todo, permanecen firmes en la fe. Nos decían: “Nunca pensamos en abandonar a Jesús; queremos seguir siendo católicos y estamos orgullosos de ello”.
Esto me emocionó: siguen estando contentos, son capaces de darnos las gracias y de conservar una fe firme, pero, por otro lado, siguen profundamente heridos en sus corazones y en sus mentes por todo lo que han soportado.
En su opinión, ¿cuáles son los mayores retos que afronta la Iglesia de Odisha?
Creo que uno de los principales retos es el diálogo interreligioso. La Iglesia mantiene un diálogo con los hindúes, incluso con los más radicales, a fin de que la gente entienda que la Iglesia Católica trabaja en favor de todo el pueblo y que no quiere oponer a un grupo contra el otro. La Iglesia Católica nunca dirá que el Hinduismo no es una buena religión, sino que quiere que todos convivan en armonía. La Iglesia cree que este mosaico de religiones en Odisha –hindúes, cristianos y algunos musulmanes– pueden ser una herramienta para la armonía y la paz, y que, por el hecho de pertenecer a otra religión, uno no deja de ser indio. Los fundamentalistas hindúes intentan imponer la peligrosísima idea de que, para ser un verdadero indio, debes ser hindú. A través del diálogo interreligioso, la Iglesia intenta mostrarle a la gente que todos pertenecen a una nación y a un país, y que pueden vivir juntos en armonía.
Un impacto positivo de este intercambio entre el Gobierno hindú y la Iglesia Católica es que ahora las compensaciones por las pérdidas sufridas por los cristianos perseguidos en 2008 se han visto incrementadas.
¿Afronta la Iglesia Católica también retos en su propio seno?
Sí, uno de los retos que afronta la Iglesia Católica india en algunas partes de la India reside en aceptar mejor a personas provenientes de diferentes ámbitos, en especial, en el contexto del sistema de castas. A veces, la Iglesia también tiene que eliminar estas divisiones en su propio seno.
Otro reto para la Iglesia es la formación continua del clero y de los laicos, debido a dos razones: en primer lugar, la fe todavía es joven en algunos lugares, y, en segundo, aunque la fe sea sólida, es preciso ahondar en los conocimientos. Por ello es preciso que tanto el clero como el laicado obtengan una buena formación. En ocasiones, el clero no está en primera línea en los enfrentamientos, sino los laicos, y con una buena formación, estos pueden reaccionar mejor y más temprano en una aldea en la que se difunden informaciones falsas contra los cristianos. Pueden contestar de la manera correcta: “No, eso no es así”. Y esto también es una forma de mantener la paz. Por esta razón, AIN contribuye a la formación de los laicos, así como a la del clero y las religiosas, que necesitan una mejor cualificación en Teología, Filosofía y Misiología.
Durante este viaje de AIN fue posible identificar las necesidades y prioridades de la Iglesia Católica del distrito de Orissa (Diócesis de Balasore, Berhampur, Cuttack – Bhubaneswar, Rourkela y Sambalpur). La Fundación pontificia ha recibido solicitudes de ayuda para 29 nuevos proyectos en esta región prioritaria por la fuerte discriminación de los cristianos. El acento está puesto en la formación de los laicos –por ejemplo, dalits y jóvenes líderes tribales– y de futuros sacerdotes. AIN también apoya la construcción de pequeñas capillas de aldeas y la construcción de un convento. Además, AIN financiará medios de transportes para la Iglesia Católica local: concretamente, dos bicicletas, una motocicleta y un coche.