Violencia anticristiana y toque de queda después del asesinato de una joven en Sokoto, Nigeria

El fin de semana estallaron episodios de violencia en Sokoto a raíz del horrible asesinato de Deborah Samuel Yakubu. Deborah, que pertenecía a la Iglesia evangélica “Winning All”, fue apedreada y luego quemada, después de haber regresado de las vacaciones a clases. Un grupo de estudiantes la atacó debido a mensajes supuestamente blasfemos que habría enviado en un grupo de WhatsApp de estudiantes.

Después de que dos personas fueron arrestadas por su asesinato, grupos de manifestantes atacaron lugares cristianos en diferentes lugares de la capital del estado de Sokoto, según un comunicado oficial de la diócesis local.

“Durante las protestas, grupos de jóvenes, liderados en un segundo plano por algunos adultos, atacaron la catedral católica de la Sagrada Familia en Bello Way. Destruyeron los vidrios de la iglesia, los del despacho del obispo Lawton, y vandalizaron un bus de la comunidad que estaba estacionado en el estacionamiento de la iglesia. La iglesia católica de St. Kevin también fue atacada y parcialmente quemada. Las ventanas del nuevo complejo hospitalario en la misma zona quedaron destrozadas», dice el comunicado. El documento añade que los delincuentes “también atacaron el Centro Bakhita […], quemando allí un autobús».

De acuerdo con medios locales, los manifestantes habrían sido intencionalmente engañados para que pensaran que los líderes católicos, como el obispo Matthew Kukah, eran responsables de las acciones de Deborah Yakubu. Sin embargo, de acuerdo con el comunicado enviado a la fundación internacional ACN, los rumores de que la residencia del obispo fue atacada no han sido ciertos. Las protestas no se cobraron vidas.

En respuesta a estos actos de violencia, el obispo Kukah hizo “un llamamiento a los cristianos para que sigan respetando la ley y recen por la vuelta a la normalidad», y felicitó a las autoridades locales y a la policía por su labor de dispersión de la multitud «antes de que pudieran causar más daños».

El gobierno local declaró un toque de queda de 24 horas, que luego fue ampliado. El lunes se relajó esta medida, pero sigue vigente desde el anochecer hasta el amanecer, según la prensa local.

El extremismo islámico ha ido en aumento y la violencia se ha desbordado en Nigeria, especialmente en el norte del país, donde los cristianos son minoría, y en las regiones centrales, que son mixtas. A pesar de ello, el gobierno no ha tomado las medidas adecuadas para frenar la criminalidad interreligiosa e interétnica, dicen los líderes de la Iglesia. Los asesinatos y secuestros se han convertido en algo habitual, pero el de Deborah Samuel destaca por su brutalidad.

La Asociación Cristiana de Nigeria, organismo ecuménico en el que también está representada la iglesia católica, ha escrito a los líderes locales instando a los cristianos a celebrar protestas pacíficas en los locales de sus iglesias el domingo 22 de mayo.

ACN lleva muchos años destacando la situación de los cristianos en Nigeria, con creciente preocupación, y ha señalado al país en su Informe bianual sobre la libertad religiosa como uno de los más peligrosos para los cristianos en el mundo. Tras este último ataque, la fundación internacional pide al gobierno que cumpla con sus obligaciones y garantice la seguridad de todos los nigerianos, independientemente de su etnia o afiliación religiosa, y que actúe rápidamente para garantizar la justicia para Deborah Yakubu y su familia.

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