Viven exclusivamente de donativos, conforme a las palabras de Cristo: “Habéis recibido gratuitamente, dad gratuitamente” (Mt 10,8).
Este es el pasaje en el que Cristo envía a sus discípulos a curar a los enfermos y a expulsar a los demonios. Para las “Dominicas de la Asistencia a los Enfermos y del Inmaculado Corazón de María” forma parte de su vocación ocuparse de los enfermos y moribundos en la zona rural. Del resto se encarga la Providencia. Así trabajaron durante 36 años en Thiès, Senegal. Entonces, en 1992, tuvieron que regresar a la casa madre de Francia, pero la gente de Thiès y los alrededores siguieron esperándolas, pusieron un terreno a su disposición y mantuvieron un estrecho contacto con ellas.
Al cabo de 25 años, las religiosas regresaron, primero por unas semanas, luego por meses, y ahora ya tienen previsto erigir un convento cerca de la enfermería Saint Dominique, en el terreno puesto a su disposición en la parroquia de San Pedro. En el convento, las religiosas también podrán vivir conforme a los demás elementos de su carisma: la oración, la vida comunitaria y la evangelización. Sobre todo está previsto que niños y jóvenes puedan celebrar aqui ejercicios en tranquilidad. Una parte del convento lo habitarán las religiosas, y otra parte será para las voluntarias de la enfermería.
Es una empresa arriesgada. Las religiosas nos piden una ayuda a la construcción (30.000 euros) y encomiendan su petición al Inmaculado Corazón de María, que nunca las ha dejado en la estacada