Comunicado de Regina Lynch, presidente ejecutiva de ACN Internacional
“Recibimos con profunda tristeza la trágica noticia del brutal asesinato del padre Donald Martin Ye Naing Win, sacerdote de 44 años de la arquidiócesis de Mandalay, en la región central de Myanmar. Su cuerpo sin vida, mutilado y con numerosas heridas de arma blanca, fue encontrado por miembros de su comunidad el viernes pasado en los terrenos de la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes, donde servía como párroco.
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El terrible acto de violencia cometido la noche del viernes 14 de febrero de 2025 ha causado profunda tristeza y consternación en la comunidad católica en Myanmar y el mundo entero.
La fundación Aid to the Church in Need Internacional se solidariza con el cardenal Charles Bo, el arzobispo Marco Tin Win y todos los sacerdotes, religiosos y fieles de la arquidiócesis de Mandalay, así como con la familia y seres queridos del Padre Donald, en el duelo por su prematura pérdida.
La región de Sagaing es una de las zonas donde los combates son más intensos. Los motivos detrás de este crimen y los autores aún no han sido identificados. Una investigación exhaustiva sobre este crimen contribuiría a evitar más tensiones.
La muerte del sacerdote refleja el desafío y el gran riesgo que lleva consigo la labor de la Iglesia en un contexto de violencia generalizada, mientras continúan los enfrentamientos entre las milicias de las fuerzas opositoras y el ejército de Myanmar.
En el marco de una violencia generalizada, sacerdotes como el Padre Donald Martin se dedican a ayudar a sus comunidades, brindando consuelo espiritual y apoyo a todos los afectados en la región. Su trágica muerte resalta la difícil situación en la que se encuentra la comunidad católica en Myanmar y la valentía de quienes continúan sirviendo a pesar de los peligros.
Sumando a nuestro dolor, también nos sentimos profundamente consternados por el reciente bombardeo de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en Mindat, en el estado de Chin, que había sido designada recientemente como catedral por el papa Francisco. Agradecemos que no se hayan perdido vidas en este ataque, pero recordamos que la destrucción de un lugar de culto, sea de la religión que fuere, es un ataque no solo contra la comunidad creyente, sino contra el derecho fundamental de todas las personas a tener un lugar para expresar la fe.
Ante tanto dolor, hacemos un llamado a todas las personas de buena voluntad para que se unan en oración y acción con el fin de poner fin al sufrimiento que aflige a tantas vidas inocentes en Myanmar.
Que el alma del Padre Donald Martin Ye Naing Win, por la intercessión misericordiosa de Dios, descanse eternamente en paz”.
Por Maria Lozano.