[vc_row][vc_column][vc_column_text]Los católicos melquitas de Homs celebrarán las primeras Navidades en la Catedral de Nuestra Señora de la Paz
La paz todavía no es estable en la ciudad de Homs donde el martes explotó una bomba en un autobús matando a seis personas e hiriendo a ocho más.
La consagración del altar de la Catedral de Nuestra Señora de la Paz – el pasado viernes 1 de Diciembre – es un nuevo hito en el camino a la normalidad para la ciudad de Homs. El antiguo epicentro de la guerra en Siria fue escenario durante tres años – del 2011 al 2014 – de innumerables bombardeos y combates que la dejaron totalmente devastada.
A esa interminable agonía de los habitantes de Homs hizo referencia el Patriarca greco-católico melquita Youssef (Joseph) Absi en su emotiva homilía durante la ceremonia: “Muchos han muerto como mártires, vuestras casas fueron destruidas, os visteis obligados a desplazaros y perdisteis vuestras pertenencias y dinero, pero, sin embargo, no permitisteis que estas dificultades os superaran y derrotaran vuestro espíritu. Habéis regresado, con fuerte voluntad de reconstruir lo que se ha destruido, y aquí, hoy, tú, con tu presencia, le devuelves la vida a esta catedral.”
La Catedral greco-católica melquita fue la iglesia más dañada de Homs. La catedral y todos los terrenos de la diócesis estuvieron en manos de los rebeldes hasta el 9 de Mayo del 2014. Los proyectiles habían hecho mella en la catedral y el tejado. También habían robado o desfigurado los iconos. Las columnas de mármol yacían en ruinas y otros objetos habían sido pasto del fuego. En la cripta habían profanado las tumbas de los sacerdotes. “Dos días después de la liberación de Homs hubo una enorme explosión en la Catedral que causó daños diez veces más graves. El techo, la cúpula y dos paredes enteras se derrumbaron. Los rebeldes habían escondido explosivos debajo de la cátedra (trono) donde se sienta el obispo” relata Mons. Jean-Abdo Arbach, arzobispo greco- católico de Homs, a la fundación pontificia Aid to the Church in Need (ACN).
El infierno ha pasado pero la paz en Homs sigue siendo inestable: el martes, día 5, una explosión en un autobús dejó seis muertos y ocho heridos. Sin embargo Mons. Arbach señala que “la gente está acostumbrada a sufrir y por eso a pesar de todas las dificultades siguen adelante. Por supuesto existe un poco de miedo y algunos piensan en salir del país. Pero la situación fuera tampoco es fácil y muchos regresan y han empezado a reconstruir sus casas. El gobierno se ha ocupado de poner electricidad, limpiar las calles…” La paz no es estable, pero por supuesto no es la situación de violencia y destrucción que había antes. El prelado sirio añade que “la mayoría de la gente quiere volver a sus casas”. Yendo con el ejemplo por delante, el arzobispo ha sido uno de los primeros en regresar a su sede y trabaja desde allí, eso da seguridad y confianza a sus fieles que también han empezado a volver.
En este contexto, como resaltó su Beatitud Youssef (Joseph) Absi en su homilía, la consagración del altar de la Catedral es un símbolo sumamente importante: “Reconstruir las iglesias y restaurarlas no tiene sentido sin vuestro retorno a ellas; sin la reconstrucción de las personas. Hoy, no solo celebramos la reconstrucción de esta iglesia, sino que también celebramos nuestra voluntad de permanecer aquí, en nuestra tierra y país. La reconstrucción de esta catedral simboliza la esperanza en nuestros corazones y es un signo de que hemos superado la desesperación y la muerte.”
Durante la celebración a la que acudieron más de mil fieles, así como representantes de diferentes confesiones cristianas y también representantes de la comunidad musulmana, el Patriarca melquita subrayó la importancia de la esperanza haciendo mención del evangelio del día y la parábola del buen pastor: “La conclusión de las palabras de Jesús es que él no nos abandona al mal ni a la muerte, sino más bien para defendernos y protegernos; incluso a costa de su vida. Puede ser difícil para nosotros creer esto en el mar de adversidades que nos han acosado y que aún nos aterran, pero Jesús insiste en que no perdamos la esperanza. Se nos pide que confiemos, que no tengamos miedo.”
La celebración fue así un hito importante en la etapa de la reconstrucción, pero no el punto final. En palabras del Arzobispo Jean Abdo falta mucho por hacer: “Los rebeldes fusilaron los iconos de las paredes y tenemos todavía que hacer la restauración de los mismos. Además no tenemos bancos en la iglesia y hay que rehacer el iconostasio del altar. Así mismo faltan por terminar las paredes exteriores.” Optimista añade: “Pero como tenemos acabada la nave central este año podremos celebrar por primera vez la Navidad en la Catedral. Incluso vamos a organizar el 16 de Diciembre un concierto de Navidad con coros católicos, ortodoxos, protestantes y musulmanes.”
El arzobispo greco-católico recalcó su agradecimiento a los benefactores de ACN por el gran apoyo a la diócesis de Homs durante los últimos años, donde la fundación internacional ha apoyado 37 proyectos – entre otros la reconstrucción de la Catedral – desde el comienzo del conflicto: “En primer lugar agradezco a Dios que nos da la fuerza para continuar nuestro trabajo, en segundo tengo que agradecer a Nuestra Señora de la Paz que nos ha salvado de tantos peligros y por último quiero agradecer a ACN en todo el mundo. Con su ayuda hemos podido reconstruir nuestras almas, reconstruir nuestra comunidad y también nuestro país, pues Siria es un país de profundamente cultura cristiana. Tenemos iglesias y santos de los primeros tiempos de la cristiandad. Hay por lo menos ochos Papas, Pontífices, que son sirios. Nosotros rezamos cada día por los benefactores de ACN. Que Dios les bendiga uno por uno y recompense – como dice el Evangelio – uno por cien. Ahora que vamos a festejar la Navidad pido al Niño Jesús que nos traiga la Paz a nuestras familias y a nuestro país, pero también a todos los que nos apoyan. ¡Que Dios les Bendiga y la Virgen Maria los proteja!”[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]