Una madre cristiana pakistaní ha logrado un significativo resultado en su lucha por recuperar a su hija de 14 años, que fue secuestrada y —según ciertas informaciones— estaba siendo preparada para ser introducida en la industria del sexo.
El Tribunal Superior de Lahore ha programado para la próxima semana una audiencia en el caso de la adolescente católica Maira Shahbaz, procedente de la ciudad de Madina, cerca de Faisalabad, después de que un tribunal local anulara una sentencia que sancionaba un supuesto matrimonio con Mohamad Nakash. Se acusa a este último de haberla secuestrado a punta de pistola durante el confinamiento provocado por la pandemia del COVID-19 en el mes de abril y de haberla obligado a convertirse al Islam.
El juez del distrito de Faisalabad, Rana Masood Akhtar, ha dictaminado que el certificado de nacimiento de Maira constituye una prueba de que era menor de edad en el momento de su presunto matrimonio con el Sr. Nakash fechado el pasado mes de octubre. Por eso, ha ordenado que la adolescente deje el hogar de este hombre y sea trasladada a una casa de acogida de mujeres, con la condición de que no mantenga contacto con miembros de su familia. En la casa de acogida, conocida como Dar ul Aman, residirá Maira hasta que el Tribunal Superior de Lahore emita un veredicto final, lo que podría dar lugar a que la muchacha pueda regresar con su madre, Nighat, y sus hermanos a su casa familiar de Madina.
Entretanto se ha emitido un primer informe policial (FIR por sus siglas en ingles) contra Nakash que, dependiendo de la decisión del Tribunal Superior de Lahore, podría llevar a una sentencia de cárcel. Tanto Nakash como dos presuntos cómplices están acusados de haber secuestrado a Maira. Nakash también ha sido acusado de presentar al tribunal un certificado de matrimonio falso: el clérigo musulmán que menciona el certificado ha negado su participación en la boda y el documento al parecer no proporciona pruebas del consentimiento de la primera esposa de Nakash, con la que tiene dos hijos. Pero Nakash ha emitido por su parte un FIR contra la madre de Maira, Nighat Shahbaz, y el abogado defensor de la familia, Lala Daniel, a quienes acusa de acoso.
Maira’s mother, Nighat ShahbazEn una entrevista con la fundación católica Aid to the Church in Need (ACN), Daniel dice: «los acontecimientos de los últimos días han sido una respuesta a la oración; estamos muy agradecidos a todos por sus oraciones en relación con este caso; pero necesitamos que sigan rezando. La madre de Maira todavía está muy triste; tiene una salud débil y extraña mucho a Maira. Si la policía y los tribunales saben que en occidente se está prestando atención a este caso, se verán sometidos a una mayor presión a seguir la ley, en lugar de ceder a los grupos extremistas desfavorables a los cristianos».
Además, calificó el traslado de Maira del domicilio de su secuestrador a la casa de acogida como «un milagro» y ha aportado pruebas de que, si hubiera permanecido en ese domicilio se podría haber visto obligada a convertirse en una trabajadora sexual. El abogado Khalil Tahir Sandhu, que representa a Maira y a la familia en el Tribunal Superior de Lahore, ha declarado: «en relación con las pruebas que demuestran que Maira es menor de edad, tenemos una base muy sólida gracias al certificado de nacimiento y otros documentos oficiales. Tengo esperanza de conseguir un buen resultado».