El Padre Malaka Leonard Fernando es Provincial de la Viceprovincia de Nuestra Señora de Lanka de la Tercera Orden Regular Franciscana. Su residencia está a medio kilómetro de Katuwapitiya, lugar donde tuvo lugar el atentado contra la iglesia de San Sebastián el pasado 21 de abril. También cuentan con un monasterio para los frailes justo enfrente de la iglesia de San Sebastián en Katuwapitiya. Afortunadamente, ninguno de los frailes ha resultado herido.
En una entrevista con Maria Lozano el religioso detalla en declaraciones para Aid to the Church in Need cómo vivió el día de la masacre.
¿Cuándo recibió la noticia del atentado?
En Domingo de Resurrección celebré una Santa Misa a las siete de la mañana en una iglesia cercana, y justo después recibí la noticia de las seis explosiones que tuvieron lugar en un corto espacio de tiempo: en Katuwapitiya, Colombo-Kochchikade, Baticaloa y tres hoteles de la ciudad de Colombo.
¿Los ataques han afectado a alguien de su familia o amigos?
No, mis parientes no se vieron afectados, pero muchos de mis amigos han resultado heridos, y algunos han muerto.
Según UNICEF entre las víctimas mortales de los atentados hay 47 niños. Ustedes atienden un colegio (seminario menor) que se encuentra a pocos kilómetros de la ciudad de Negombo ¿Cómo están los niños? ¿Pueden entender lo que ha ocurrido?
Los esrilanqueses hemos sufrido mucho durante los treinta años de guerra contra los terroristas. No esperábamos que algo así pudiera ocurrir en nuestro país, pensábamos que Sri Lanka había recuperado la paz, pero con estos atentados, todas nuestras esperanzas se han desvanecido. Estamos muy lejos de la paz. Un número considerable de niños han sido víctimas de las explosiones. Los niños son inocentes y son incapaces de entender lo que está ocurriendo. La mayoría de ellos tienen miedo. Las escuelas permanecerán cerradas por algunos días.
¿Cuál ha sido la reacción de los cristianos después de los atentados?
Por un lado, los cristianos esrilanqueses siempre escuchan a sus pastores, y no reaccionaran causando daño a terceros. Por otro lado, la mayoría de los cristianos están atemorizados, porque sólo los cristianos fueron blanco de los atentados. La Policía continúa haciendo redadas y ya han arrestado a algunas personas relacionadas con los atentados.
¿Participó usted en el funeral de las victimas celebrado por el Cardenal Ranjith el martes pasado?
Sí, pero no solo yo, pues invité a todos los religiosos de mi congragacion, Tercera Orden Regular de San Francisco de Asís, a asistir al funeral.
¿Cuál fue el mensaje de Su Eminencia?
Su Eminencia el Cardenal Malcolm Ranjith expresó su dolor por las explosiones en las tres iglesias en la Misa del Domingo de Resurrección. En su mensaje a la nación, el Cardenal Malcolm Ranjith pidió a la gente que guardara la calma y que no se tomara la justicia por su mano. Además, manifestó sus profundas condolencias a las familias que han perdido a sus seres queridos en los atentados, y deseó una rápida recuperación a los heridos. También pidió al personal hospitalario que extremara sus cuidados con estos heridos y suplicó a la gente que fuera generosa y que donara sangre en estos momentos de necesidad.
¿Cuál es su mensaje para la comunidad internacional?
“No hay un camino hacia la paz, la paz es el camino”. San Francisco de Asís, nuestro Santo Patrón, amaba por igual a la gente y a la naturaleza. Tomemos todas las medidas necesarias para evitar la violencia y vivir pacíficamente. El camino de la paz es el camino del amor.
¿Conoce usted una oración a Nuestra Señora de Lanka que podamos enviar a nuestros benefactores para que recen por Sri Lanka?
Nosotros rezamos cada día la siguiente oración por nuestro país, Sri Lanka:
“Oh Madre, la más cariñosa y tierna, Reina y Patrona de Sri Lanka: humildemente te pedimos que mires hacia nosotros, tus hijos, en nuestros momentos de necesidad. Queridísima Madre, tú que has venido a socorrernos incluso en tiempos de peligro, en la guerra y la destrucción. En virtud de tu amor por nosotros, que nunca nos falla, te pedimos encarecidamente que disipes de entre nosotros las olas de violencia, asesinatos y adicciones, y demás manifestaciones del mal que puedan romper la unidad entre la gente.
Ayúdanos a construir en nuestro país el Reino de Dios de la Justicia y el Amor. Encomendamos a tu amoroso cuidado y guía, a todas las razas y pueblos de nuestro país. Ayúdanos a instaurar la fraternidad, la paz y la unidad en nuestra sociedad. Guía los destinos de nuestra nación y obtén para nosotros una paz duradera para que todos nosotros podamos vivir como hermanos y hermanas de una sola familia. Amén.”
Gracias de todo corazón por su preocupación por nuestro país. ¡Qué Dios les bendiga!