Urgente demanda de alimentos, ropa y medicamentos en Beirut
Miles de jóvenes cristianos voluntarios están distribuyendo sobre el terreno, en Beirut, ayuda de emergencia, mientras el Líbano se tambalea por la explosión que ha desgarrado el corazón de la capital. Allí se han abierto escuelas, conventos y parroquias como centros de refugio tras la explosión del martes, 4 de agosto. El P. Toufic Bou-Hadir, director de la Comisión Patriarcal Maronita para la Juventud, describe cómo grupos de jóvenes limpian los escombros y distribuyen ayuda de emergencia, concretamente, medicinas, ropa, mantas y alimentos.
El sacerdote ha destacado la “asombrosa” reacción de los jóvenes ante lo que ha calificado de “un apocalipsis” en el que 300.000 familias han perdido su hogar. Estos comentarios acerca de la situación los ha hecho en una entrevista con Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), la fundación pontificia que está proporciona alimentos a 5.000 familias afectadas por la explosión.
El P. Bou-Hadir, colaborador sobre el terreno en este proyecto de ACN, ha destacado la terrible experiencia que atraviesan las personas que intentan desesperadamente saber algo de sus seres queridos desaparecidos, y el trauma que les supone la identificación de los muertos a partir de los cadáveres terriblemente desfigurados llevados a una improvisada morgue.
Por lo que se sabe, el barrio mayoritariamente cristiano de Achrafieh es el más devastado por la explosión.
El sacerdote ha mencionado que el cuerpo de uno de los jóvenes maronitas, llamado Joe, de 25 años de edad, ha sido descubierto bajo los escombros, sosteniendo un crucifijo. El P. Bou-Hadir ha señalado que los jóvenes católicos siempre se han resistido a abandonar el país, porque -como decía Joe- debían quedarse para “regar el cedro”, el símbolo nacional del Líbano. “Ahora, Joe ha regado el cedro con su sangre”, ha añadido.
Tanto el P. Bou-Hadir como la Hna. Hanan Youssef, también colaboradora sobre el terreno de ACN en Beirut, han recalcado los estragos que la explosión está provocando en la población, y han afirmado que dependen totalmente de la ayuda internacional, pues la crisis económica del Líbano ha dejado indefenso al país. La Hna. Hanan ha dicho a ACN: “He sobrevivido a 15 años de guerra civil y, sin embargo, no hubiera podido imaginar que algo tan horrible le fuera a suceder a nuestro pueblo”, y ha añadido: “Ahora más que nunca, la gente necesita ayuda. Estamos muy agradecidos por las oraciones y el apoyo de nuestros queridos amigos de ACN”.
Neville Kyrke-Smith, director nacional de la fundación pontificia en Reino Unido, da fe de la generosa respuesta de los benefactores al llamamiento de ACN para Beirut: “Me gustaría dar las gracias a quienes se han solidarizado con los beirutíes en estos trágicos y dolorosos momentos. El apoyo de los benefactores de ACN a todo el Líbano y otros lugares de la región es absolutamente vital para mantener la presencia cristiana en Oriente Próximo, dado el sufrimiento que ocasionan los conflictos, la violencia, los disturbios y ahora esta tragedia”.