La congregación de las Hijas de la Presentación de María en el Templo fue fundada en Italia en el siglo XIX con el fin de atender a niños y niñas jóvenes. En la actualidad, las Hermanas trabajan en Italia, India, Yibuti y Somalia, y dirigen escuelas, internados, orfanatos y centros de leprosos, además de ocuparse de ancianos.
En la India, por ejemplo, las religiosas dirigen un internado en Dhabhagudam, en la Diócesis de Eluru, donde viven y se educan entre 140 y 150 niños de aldeas remotas de la selva. Esta es la única posibilidad de que estos niños asistan a la escuela. La población de la región es muy pobre, en su mayoría trabajan como jornaleros y sobreviven de un día al otro. Casi nadie sabe leer y escribir, el abuso del alcohol está muy extendido y muchas familias acaban destruidas por él. A los niños les esperaría una vida en condiciones igualmente precarias sino fuera por las religiosas, que les ofrecen la oportunidad de acudir a la escuela. Y los frutos son visibles: el analfabetismo está disminuyendo, hay menos trabajo infantil y menos matrimonios infantiles. Entretanto, algunos de los antiguos alumnos incluso han estudiado. En general, aumenta la conciencia de que la educación es la clave para un futuro mejor.
Pero había un problema: las Hermanas sólo disponían de un pozo que creaba cada vez más problemas, por lo que el suministro de agua para el internado, las propias religiosas y la población circundante ya no estaba garantizado. Sobre todo las personas mayores de la vecindad dependen del agua potable del pozo de las religiosas. Nuestros benefactores contribuyeron con 7.700 euros a que las hermanas tuvieran un pozo nuevo. ¡Dios se lo pague!