Hacer que se celebre una Santa Misa por una intención particular o por el alma de un difunto tiene ya una larga tradición en la Iglesia Católica. El donativo que por ello los fieles hacen al sacerdote no es, en modo alguno, un “pago”, sino un gesto de amor y gratitud hacia quien, a través de la oración de consagración, renueva el sacrificio de Jesucristo en el altar.
Para los sacerdotes de muchos países pobres, los estipendios de Misa son una ayuda importante a la supervivencia, pues los sacerdotes no perciben un salario y sus creyentes no tienen nada. A menudo, los estipendios de Misa son los únicos recursos depositados en las manos vacías de estos pastores de almas, con los que ayudar a los necesitados que llaman a sus puertas. Y es que, en muchos países, la gente deposita toda su esperanza en los sacerdotes y esperan recibir ayuda de ellos en cada situación de necesidad, también en lo material. Allí, los sacerdotes son para los creyentes padre y pastor, por lo que no solo deben reconfortar a las almas, sino también dar a la gente comida, medicinas y ropa, y contribuir a la escolarización de los niños y la formación de los jóvenes. Todos miran al sacerdote con ojos esperanzados.
ACN apoya a unos 40.000 sacerdotes necesitados cada año a través de los estipendios de Misa, y entre estos también están los 34 sacerdotes de la Archidiócesis de Santiago de Cuba. Y es que la severa crisis económica que sufre la población cubana también golpea dolorosamente a la Iglesia: los creyentes apenas pueden apoyar económicamente las actividades parroquiales ni a sus sacerdotes.
Por todo ello, queremos transmitir intenciones de Misa por un total de 10.800 euros a los 32 sacerdotes de Santiago de Cuba, a saber, unos 337 euros por sacerdote para todo el año.
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