Agradecimiento por 28 años al servicio de África
La encargada de África en ACN International, Christine du Coudray, se despide de la fundación pontificia debido a su jubilación. Thomas Heine-Geldern, presidente ejecutivo de ACN International, le agradece sus 28 años de trabajo al servicio de la Iglesia en África: «Christine du Coudray ha realizado un trabajo extraordinario en pro de la Iglesia en el continente africano». Heine-Geldern se remonta también a los primeros años de du Coudray en la fundación: «Lo mejor que puede hacer quien quiere servir a África es aprender de los propios africanos, esto es lo que hizo Christine du Coudray». Comenzó a trabajar en ACN en 1993, un año después asistió al primer sínodo sobre África en Roma. Era la única mujer procedente de Europa entre los aproximadamente 350 participantes. Conocer a la Iglesia de África reunida en torno al papa fue una experiencia que se le quedó muy grabada.
Debido a las restricciones por el COVID, la fundación no puede realizar una celebración pública de despedida, con una misa de acción de gracias. Sin embargo, numerosos obispos de África han querido destacar por escrito, con motivo de su jubilación, la labor realizada por la Sra. du Coudray. Mons. Oscar Nkolo Kanowa, obispo de la República Democrática del Congo, por ejemplo, le agradece su «corazón de madre», tan sensible a las Iglesias necesitadas y que siempre he apreciado mucho.
Mons. Paluku Sikuli Melchisédech, obispo de la diócesis de Butembo-Beni, sita en el este del Congo, castigada por la guerra y la violencia, destaca la ayuda que prestó en un momento difícil, «cuando la situación humanitaria y de seguridad se deterioraron drásticamente».
Mons. Daniel Adwok, obispo auxiliar de Jartum (Sudán), subraya el «apasionado interés de la Sra. du Coudray por la formación en los seminarios y la de líderes pastorales en los distintos campos de la evangelización».
La propia Christine du Coudray recuerda con gratitud el tiempo pasado en ACN. Evoca los retos a los que se enfrentó inicialmente: «cuando empecé hace 28 años, apenas podía encontrar los países africanos en el mapa. Acepté el reto y empecé a aprender desde cero», señala esta francesa.
Retrospectivamente, le llama la atención el gran cambio que se ha producido en África durante las últimas décadas. «Mi primer viaje fue a Tanzania en 1994; el último a Sudán, en marzo de 2020, justo antes de que estallara la pandemia. La situación sobre el terreno ha cambiado mucho: antes sólo había una simple vela en una cabaña, ahora hay electricidad procedente de paneles solares. Todavía conservo todos los cuadernos con mis notas», recuerda.
Un interés prioritario de Christine du Coudray fue, en particular, tender auténticos puentes y profundizar en la comunidad a través de su trabajo. «Por muy importante que haya sido y siga siendo la ayuda material que hacen posible los benefactores, estamos allí para escuchar a los obispos, a los sacerdotes y a las religiosas, para compartir su vida cotidiana y comprender lo que necesitan», dice. «Hay un tiempo para servir y otro para retirarse. Después de 28 años, estoy preparada para esto último».