La fundación internacional Aid to the Church in Need apoya en 2019 más de cuarenta proyectos de actividades de verano para las comunidades cristianas en países donde son minorías, están discriminados o sufren a causa de conflictos bélicos. Casi la mitad de los proyectos de este año benefician a comunidades de Medio Oriente, principalmente a Siria, donde tendrán lugar un total de 28 cursos de verano para jóvenes y familias. Después de una guerra fratricida que ha derivado ahora en una situación económica y social dramática cristianos de diferentes confesiones pertenecientes a las diócesis de Homs, Alepo, Lataquia y Damasco se reúnen desde Junio a Septiembre para retomar fuerzas y sanar heridas.
El padre Antoine Mukhallala, de la iglesia Greco-Melquita de Alepo acaba de regresar de uno de los ocho cursos de verano que la Comunidad Fe y Luz organiza para personas discapacitadas y sus familias. Es difícil hacerse a la idea de lo que estas han sufrido durante la guerra. Aterrorizados por proyectiles y francotiradores que mataban a civiles sin razón alguna, no podían apenas salir de sus casas. Hoy tienen una gran necesidad de apoyo psicológico y buscan la oración y la paz en la naturaleza donde se encuentran con Dios. Los campamentos de verano son un rayo de luz en esta búsqueda.
De las muchas experiencias que ha vivido el padre Antoine quiere relatar a ACN la de una viuda, madre de dos hijas pequeñas, una de las cuales es autista: “Esta madre sufrió mucho porque perdió a su marido mientras intentaba emigrar en los ‘barcos de la muerte’ a Europa. No se ahogó, sino que fue asesinado, y ella recibió su cuerpo y vio a su marido degollado.
Esta mujer sufría mucho y vivía en la cárcel de su soledad. A pesar de su presencia en el grupo, rara vez hablaba de su esposo muerto o de su hija. Rechazaba todas las formas de alegría, aunque los demás trataran de sacarla de su dolor. Poco a poco, durante esta semana de campamento, el amor llegó al corazón de esta mujer, se quitó la negrura de su corazón y este comenzó a latir de nuevo. Volvió a aprender que la vida es hermosa gracias al cambio de comportamiento que veía en su hija autista, que incluso me invitó a bailar con ella. (!) Al final del campamento la madre nos dijo: ‘Si el campamento hubiera durado una semana más, estoy casi segura que mi Jenny hubiera empezado a hablar’.
He participado en muchos campamentos de verano durante mis siete años de sacerdote pero este último en Kfarsetta con el grupo “Familia de la Esperanza” ha sido uno de los campamentos más hermosos, donde he experimentado la alegría del Amor y donde puedo decir que recibí más de lo que di”, cuenta el padre Antoine.
“Doy gracias a Dios por lo que esta mujer ha experimentado y por haberme brindado la oportunidad de vivir muchas experiencias espirituales. Y también os damos también las gracias a vosotros, miembros y benefactores de ACN, por vuestro apoyo a nuestro campamento, sin el cual no hubiera sido posible esta experiencia que nos ha llevado más cerca del lema del campamento “Con Dios, construimos la comunidad”. Le pido a Dios Todopoderoso que os bendiga para que podáis continuar ayudando a todos los que Lo buscan y para que sigáis siendo una herramienta de Dios para difundir Su Amor por el mundo”, concluye el sacerdote.
Como el grupo de la “Familia Esperanza” muchos otros niños, jóvenes y familias participan durante este verano en otras partes de Siria, pero también en Egipto, Jordania, Palestina, Líbano, Crimea o en la República del Congo de un campamento de verano para poder descansar y fortalecerse, no sólo desde el punto de vista físico y psicológico sino también espiritualmente.