La fundación internacional Aid to the Church in Need (ACN) ha ampliado su ayuda a la región del Sahel como consecuencia del constante deterioro de la situación de seguridad en la zona desde hace años. A pesar de la persecución, el número de cristianos en el Sahel va en aumento.
Uno de los principales focos de conflicto en el mundo actual es la región africana del Sahel: Burkina Faso, Chad, Níger y Malí. El terror islamista y el hambre aquí van de la mano; los gobiernos parecen haber perdido en gran medida el control sobre amplias zonas de la región. Tras diez años de presencia militar, las potencias occidentales se retiran cada vez más incapaces de resolver el problema. Lo que queda es una creciente catástrofe humanitaria: estructuras destruidas, hambre y cientos de miles de desplazados internos en busca de un nuevo hogar.
La Iglesia local ha expresado su pesar porque las condiciones de vida han retrocedido al estado de hace 25 años, con la destrucción y el cierre forzoso de instalaciones eclesiásticas como hospitales y escuelas. Sin embargo, como en muchos otros lugares, la Iglesia es la única institución local que acude en ayuda de todas estas personas que, de repente, han caído en la más absoluta pobreza.
A finales de 2023, Regina Lynch, presidenta ejecutiva de ACN, subrayó que la organización prestaría más atención a esta región. En las últimas semanas, la fundación ha intensificado su ayuda a la región del Sahel, especialmente en Burkina Faso. Gran parte se destina a los cristianos desplazados por el terrorismo e incluye ayuda de emergencia en forma de alimentos y medicamentos. Al mismo tiempo, la ayuda tiene como objetivo dar a los niños de los desplazados internos la oportunidad de seguir yendo a la escuela mediante la construcción de aulas y la financiación de los gastos escolares.
Ayuda de emergencia para las víctimas
Entre otros proyectos se incluye la financiación de ayuda de emergencia para más de 340 cristianos de Débé, a los que los terroristas dieron un ultimátum para que abandonaran su pueblo a finales del año pasado, así como de casi 60 familias de acogida que los han recibido en sus casas a pesar de su propia necesidad.
El obispo responsable de la diócesis de Dédougou, Mons. Prosper Ky, describe la situación en una conversación con ACN: “Es muy doloroso ver a los desplazados internos recorrer las calles con todas sus pertenencias en busca de alojamiento de emergencia. Hay cientos de miles de ellos en mi diócesis; la mayoría, mujeres y niños”.
El padre Etienne Sawadogo, párroco de Rollo, un distrito del norte de Burkina Faso, también fue desplazado por los yihadistas, junto con 900 cristianos y catecúmenos. Destaca la importancia de la ayuda de emergencia para alimentos y medicinas: “¿Cómo puedes estar a la altura de las exigencias de la vida cristiana si pasas hambre constantemente? ¿Cómo puedes cumplir tu vocación cristiana si estás enfermo y no recibes ayuda?”.
Una fe viva a pesar de la persecución
A pesar de la precaria situación del país, que empeora de año en año desde 2015 por la violencia de los grupos fundamentalistas, la Iglesia en Burkina Faso está viva y tiene muchas vocaciones. La diócesis de Koupela, por ejemplo, se encuentra en una zona donde los combates entre las fuerzas de seguridad y los terroristas son cotidianos, aun así el seminario de esa localidad cuenta con 67 candidatos al sacerdocio. Sin embargo, como muchas familias ya no tienen medios para contribuir económicamente a los costes de la educación de sus hijos, ACN apoya a los seminaristas de la diócesis y cubre sus gastos de estudio y de viaje, así como los gastos sanitarios.
Como organización de ayuda pastoral, el principal objetivo de ACN es contribuir a fortalecer la fe y la esperanza de las personas desplazadas. El padre Etienne Sawadogo expone: “Queremos ayudar a los cristianos de Rollo que lo han perdido todo, a leer los acontecimientos y los signos de los tiempos a la luz de los textos bíblicos”. Para que profundicen en su propia fe y fomenten su vida de oración, la fundación apoya financiando biblias, entre otras cosas.
Esto puede decirse no sólo de Rollo, sino también de la diócesis de Nouna, en el noroeste de Burkina Faso. Además de biblias, también se proporciona el Catecismo de la Iglesia católica a las parroquias de la zona para que puedan celebrar catequesis. A pesar de la persecución, hay muchos conversos del islam en Burkina Faso. La diócesis quiere ayudarles a conocer mejor su fe y a crecer en ella: “No basta con que los conversos reciban el bautismo y la comunión”, afirma Romuald Fuambu Nsanyi, capellán de la diócesis para los jóvenes. “Es nuestra responsabilidad ayudarles a crecer en la fe y a convertirse en buenos cristianos”.
En la diócesis de Kaya, también en el norte del país, ACN ha financiado la construcción de un centro diocesano para mejorar la atención pastoral a los soldados que protegen a la población, así como a los jóvenes y escolares.
Ya en 2023, ACN financió 56 proyectos in Burkina Faso con más de un millón de euros. Además, ACN apoyó a Chad, Mali y Níger con un total de casi otro millón de euros para ayudas de emergencia, estipendios de misa, formación para seminaristas y vehículos para sacerdotes y religiosas.
Por Sina Hartert.