En Lahore, Pakistán, donde los cristianos son solo una pequeña minoría en una sociedad predominantemente musulmana, la Navidad posee un significado especial. A pesar de enfrentar importantes desafíos y restricciones, la comunidad cristiana continúa celebrando el nacimiento de Cristo con fe.
El padre Lazar Aslam, sacerdote franciscano capuchino, ha servido a los fieles en Pakistán durante años, ofreciendo atención pastoral y orientación espiritual en un momento de gran adversidad. En esta entrevista, el padre Lazar comparte con Aid to the Church in Need (ACN) la esencia de la Navidad para su comunidad en Pakistán, y deja un mensaje para los cristianos de todo el mundo.
¿Cómo celebra su comunidad la Navidad en Lahore, teniendo en cuenta los desafíos a los que se enfrentan como minoría religiosa?
La comunidad sigue celebrando su fe, aunque seamos una minoría en una sociedad mayoritariamente musulmana. A pesar de los desafíos, nos mantenemos firmes en nuestras creencias, tal como lo hicieron los primeros cristianos. Recordamos y honramos a mártires como Akash Bashir, que dio su vida para salvar a otros, y Shahbaz Bhatti, un valiente defensor de la libertad religiosa, que fue asesinado por su compromiso con la justicia y la protección de las minorías. Shahbaz Bhatti sigue inspirándonos, ya que fue un defensor de los oprimidos y voz incansable para los perseguidos por su fe. Nos recuerda que defender la verdad y el amor puede costarnos un gran precio. Sin embargo, es a través de tales sacrificios que verdaderamente encarnamos el espíritu de Cristo.
¿Qué significa la Navidad para usted y su comunidad en este contexto?
Para nosotros, la Navidad es sinónimo de esperanza, un recordatorio de que Jesús nació en una situación humilde y difícil para traer la salvación a todos Fortalece nuestra fe el hecho de que, incluso en las dificultades, la luz de Dios brilla a través de ella. Es un tiempo de unidad, donde nuestra comunidad se reúne para celebrar el amor incondicional de Dios. Él nos inspira a permanecer firmes en nuestra fe, sabiendo que su paz trasciende todos los obstáculos, como dice en Juan 14:27.
Como minoría, celebramos la Navidad con fe y devoción, asegurándonos de que no se pierda la verdadera esencia. Aunque las restricciones externas pueden limitar las expresiones públicas de fe, nos reunimos en nuestros hogares e iglesias para reflexionar sobre el mensaje de la Natividad. Damos prioridad a la eucaristía, ya que la celebración del nacimiento de Cristo nos recuerda al que Dios está con nosotros. A través de la oración, los villancicos y los pequeños actos de bondad dentro de nuestra comunidad, mantenemos vivo el espíritu de la Navidad, viviendo la esperanza y la alegría que trae Jesús, a pesar de todos nuestros desafíos.
¿Qué mensaje le gustaría compartir con otros cristianos de todo el mundo que tal vez no entiendan los desafíos que enfrenta?
A nuestros hermanos y hermanas en Cristo de todo el mundo, les pedimos que recuerden que la fe se fortalece, muchas veces, en los momentos más difíciles. Necesitamos sus oraciones y apoyo, y les recordamos que, aunque enfrentemos desafíos, seguimos siendo un solo cuerpo en Cristo. No den por sentada la libertad de vivir y expresar su fe. Que nuestra perseverancia les sirva de recordatorio del poder del amor de Dios, que nos sostiene en todo momento. Trabajemos juntos para promover la paz y el entendimiento, como dijeron los ángeles en el nacimiento de Jesús: «Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres.»
Por Maria Lozano.