El débil y corrupto Gobierno nigeriano es el responsable de que el conflicto se esté saliendo de control, ha señalado un obispo que ha pedido a la comunidad internacional que ayude a su país a restablecer la ley y el orden.
Mons. Matthew Kukah, obispo de la diócesis de Sokoto, ha explicado a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) que el Gobierno de su país no logra detener la violencia en el país.
Los comentarios del obispo se producen después de un repunte de los ataques en las últimas semanas en el noroeste del país, incluido el distrito de Sabon Birni de la provincia de Sokoto, cerca de la frontera con el Níger, donde han sido masacradas más de 70 personas.
En su entrevista con la oficina británica de ACN del lunes 15 de junio, Mons. Kukah dijo: “Nuestro gobierno no puede con esta situación que está empeorando y cuyas cifras de muertos son abrumadoras. El Gobierno trata de salvar la cara, pero nadie parece tener la menor idea de lo que está ocurriendo”.
Señalando que gran parte del conflicto se centra ahora en el noroeste de Nigeria, incluida su diócesis de Sokoto, Mons. Kukah ha declarado que la comunidad internacional tiene que trabajar con Nigeria y reunir la voluntad política para erradicar la violencia e imponer el Estado de derecho.
En su entrevista con ACN, Mons. Kukah ha lanzado un llamamiento al Reino Unido y a los demás países para que actúen: “En lo que respecta a la comunidad internacional, hay mucha hipocresía y falta de voluntad. Claramente, si hay voluntad política, se podrá poner fin a esta situación”.
Los comentarios del obispo coinciden con la presentación el lunes en la Cámara de los Comunes de Londres del informe Nigeria: ¿Genocidio en desarrollo? Estudio del grupo integrado por todos los partidos parlamentarios para la libertad internacional de religión o creencia. El informe evalúa las causas del conflicto y la respuesta de las autoridades nigerianas y hace recomendaciones relativas a la ayuda humanitaria, el intercambio de información, la seguridad y la consolidación de la paz, la educación y el papel de la comunidad internacional.
En su entrevista con ACN, el obispo Kukah ha indicado que la comunidad internacional puede desempeñar un papel importante a la hora de detener el suministro de armas a los grupos militantes, afirmando que, en la actualidad, los servicios de seguridad nigerianos están “demasiado sobrecargados” para hacer frente a la crisis. También ha señalado: “Los militares dicen que a los responsables de la violencia los han matado pero no hay pruebas de que eso haya ocurrido. Nos siguen diciendo que los asesinatos se están produciendo en la selva. El Gobierno claramente debe trasladar la lucha a la selva pero no está nada claro que lo esté haciendo”.
El obispo ha añadido que, si bien la ley y el orden desempeñan un papel fundamental en el conflicto, el odio y la discriminación religiosa son esenciales para comprender las causas profundas. Ha afirmado que muchos musulmanes del país “persisten en su exigencia de que no debe haber separación entre Estado y religión y es eso lo que facilita que Boko Haram y otros grupos estén tratando de imponer su autoridad moral”.
“Es muy difícil que [el presidente nigeriano Muhammadu Buhari] tenga autoridad moral para condenar a Boko Haram cuando ha decidido que los cristianos vivan en un Estado en el que muchos de los que están en posiciones de poder son musulmanes”.
Pero, subrayando la ruptura de un Gobierno efectivo en gran parte de la región afectada, el obispo ha dicho: “El 99 por ciento del problema que afrontamos tiene que ver con la ley y el orden. Estoy convencido de que lo que tenemos aquí es una estructura débil y corrupta. De lo que se trata aquí es de la incapacidad del Estado para actuar”.
Nigeria es un país prioritario para ACN, donde la fundación financia proyectos de apoyo a sacerdotes, religiosas, seminaristas, catequistas y edificios eclesiales, de educación cristiana y medios de comunicación además de ayuda de emergencia a los fieles perseguidos. En 2019, ACN destinó a Nigeria fondos para proyectos por valor de casi 1,5 millones de euros, lo que hizo posible un total de 121 proyectos.