Los actos de la Red Week se verán acompañados por testimonios y oraciones por los cristianos perseguidos.
La llamada Red Week [Semana Roja] se propone concienciar sobre la persecución de cristianos en todo el mundo, pues existen datos fidedignos de que los cristianos son el grupo de fe más atacado del mundo. Catedrales, iglesias y edificios públicos en quince países se iluminarán de rojo para alzar la voz como apoyo a aquellos que padecen discriminación y no pueden expresarse con libertad, y que confían en sus hermanos y hermanas en Cristo para que hablen en su nombre.
La Red Week es una iniciativa de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) como apoyo de los cristianos que sufren y son perseguidos. A partir del 20 de noviembre, los actos se sucederán en cuatro continentes, comenzando por Australia con la iluminación de siete catedrales, incluidas las de Sídney y Melbourne. El punto culminante será el 27 de noviembre, cuando miles de edificios de Londres, Ámsterdam, Lisboa, Praga y Washington D.C. se unirán al llamado Red Wednesday [Miércoles Rojo].
En todo Reino Unido, 120 edificios se iluminarán de rojo, incluidas trece catedrales. En Filipinas participarán más de 2.050 iglesias parroquiales de 68 diócesis. Este año, por primera vez, la iniciativa llegará también a Budapest, donde el Puente de las Cadenas y la Estatua de San Gerardo -San Gerardo (Szent Géllert) fue el primer mártir de Hungría- se encenderán de color escarlata.
En pasados años, el Coliseo de Roma, la Abadía de Westminster en Londres, el Cristo Redentor de Río de Janeiro, la Sagrada Familia de Barcelona y muchos otros monumentos se han unido a la iniciativa.
Aproximadamente 300 millones de cristianos en el mundo viven en un entorno en el que sufren una persecución violenta, donde son discriminados y se les impide practicar libremente su fe.
En la edición de octubre de 2019 del informe bienal de ACN sobre la persecución cristiana –¿Perseguidos y olvidados?-, se evalúa la naturaleza de las amenazas a los cristianos y las causas subyacentes. Dado el número de personas afectadas, la gravedad de los actos perpetrados y su impacto, no sólo son los cristianos el grupo más perseguido, sino que, además, cada vez hay más creyentes que sufren las peores formas de persecución.