República Democrática del Congo: “¡Los laicos católicos desempeñan un importante papel!”

Desde que los  católicos se han animado a criticar públicamente la situación en la República Democrática del Congo, las reacciones de apoyo van en aumento… también en el resto del mundo. En el país los apoya la Conferencia Episcopal Católica, y también ha sido alentadora la invitación del Santo Padre a seguir luchando por el bien de todos los congoleños. Entre las diferentes confesiones de la República se viene observando un nuevo clima, pese a las nuevas víctimas.
En Kinshasa y otras ciudades de la República Democrática del Congo las pacíficas manifestaciones del 25 de febrero fueron reprimidas de nuevo. Según la información de la Conferencia Episcopal del Congo, ese día tuvieron lugar 149 manifestaciones pacíficas: 66 fueron reprimidas en los recintos de las parroquias, 67 fueron dispersadas con balas y gases lacrimógenos y 16 se realizaron sin altercados. Balance: 2 muertos por balas, 32 heridos (13 de ellos por balas) y 76 detenidos. La Policía nacional solo admite un muerto por bala de goma y cinco heridos.
Esta manifestación pacífica tenía por fin pedir a  los políticos que respetaran el acuerdo del 31 de diciembre de 2016. La convocatoria, al igual que dos manifestaciones previas, fue organizada por un comité de coordinación de laicos católicos. En dichas manifestaciones se rechaza la violencia en cualquiera de sus formas y la dictadura impuesta por el régimen. Los manifestantes exigen la organización de elecciones libres y transparentes para garantizar la paz. El aplazamiento de las elecciones pese al calendario publicado por la Comisión Electoral Nacional Independiente podría desencadenar graves crisis. El acuerdo de diciembre de 2016 se logró por mediación de la Conferencia Episcopal Nacional del Congo, cuando el mandato del actual presidente, Joseph Kabila, tocaba a su fin sin posibilidad de renovarlo.
Por qué los laicos han adoptado un papel tan activo
El Comité Laico de Coordinación opera a partir del mensaje de la Conferencia Episcopal Nacional del Congo surgido de la reunión extraordinaria del 22 al 24 de noviembre de 2017: “Levántate, pueblo congoleño; el país va mal”.
La declaración de los Obispos que invita a todos los cristianos a “levantarse sin miedo” ha sido el leitmotiv de la decisión de los laicos de coordinarse para llevar a cabo actividades destinadas a defender los logros del acuerdo y la organización de las elecciones en la República Democrática del Congo. El hecho de que este Comité haya surgido con el apoyo del Arzobispo de Kinshasa también se debe al documento Apostólico Lumen Gentium sobre el compromiso de los laicos cristianos en el mundo de hoy. Dicho Comité, conjuntamente con el clero de Kinshasa y la Comisión Justicia y Paz, lleva a cabo actos de sensibilización en este sentido.
El Comité de laicos intenta así compensar la falta de confianza en los políticos por la inacción observada desde hace tiempo entre ellos, los conciliábulos, las claudicaciones y la corrupción.
Impacto de la oración del Papa
El llamamiento del Papa Francisco a dedicar una jornada de oración por la paz en Sudán del Sur y en la República Democrática del Congo fue bienvenido como una iniciativa “proveniente de una gran instancia moral”. También se recalcó la importancia de la paz para el desarrollo. Un dirigente del entorno de la mayoría presidencial se preguntó por qué el Santo Padre calificaba de “grave” la situación en la RDC, mientras que un portavoz de la oposición elogió el deseo de paz que manifiesta el Papa, preocupado por la grave crisis en la República. El Papa Francisco había indicado con anterioridad que la oración puede transformar el mal que habita en el corazón de los hombres. Por ello, para el Comité de laicos era importante dar pasos concretos para que en la República Democrática del Congo se instaurara un “Estado de derecho”.
Además, la intención de oración del Papa por la paz fue entendida como un “importante estímulo político por la paz y por el fin de la violencia asesina”, violencia que se extiende por el país como un virus en un organismo humano.
A escala nacional, la Conferencia Episcopal ha invitado a rezar (Adoración del Santísimo Sacramento, el Rosario, recitación de los Misterios Dolorosos, ayuno y compartir con el prójimo).
El apoyo de las Conferencias Episcopales de Níger, Burkina Faso y Madagascar dan prueba de la fuerza de la oración y de la fe en la paz. Además, desde el 23 de febrero se vienen observando idas y venidas diplomáticas de políticos de países de África Central y Meridional.
Voces de otras confesiones
En la relación entre las confesiones se observa una evolución en la mentalidad. El miedo parece ceder ante la voluntad de defender los derechos constitucionales.
En efecto, en la manifestación del 31 de diciembre de 2017, los musulmanes y cristianos de otras confesiones se mantuvieron al margen: no hubo participación ni declaraciones por su parte. En cambio, en la víspera de la manifestación del 21 de enero de 2018, los laicos protestantes anunciaron su participación y apoyo a la movilización. En la manifestación, los cristianos de las iglesias evangélicas se movilizaron al lado de los cristianos católicos. Los creyentes musulmanes, aunque tímidamente, participaron puntualmente vestidos con sus túnicas. Todos condenaron los actos de violencia contra los manifestantes de las manifestaciones del 31 de diciembre de 2017.
Durante la semana de oración por la unidad de los cristianos, un pastor protestante invitó a sus fieles a apoyar la iniciativa lanzada por el Comité Laico de Coordinación (CLC) por “la paz y el respeto del Estado hacia los derechos del ciudadano” y los animó a participar en la manifestación del 21 de enero de 2018. Un llamamiento similar fue lanzado en un comunicado del Imán.
A raíz de la conciencia de la necesidad compartida, hay un acercamiento entre las confesiones
Las comunidades y agrupaciones religiosas –musulmanes, cristianos de otras confesiones y católicos–, que afrontan en sus barrios la misma realidad, se han acercado las unas a las otras.
Muchos parecen tomar conciencia de que la lucha por el respeto de la Constitución es un asunto que compete a todos. El alto precio de los productos básicos, la inflación y las demás necesidades esenciales son el pan de cada día compartido por todos, independientemente de su afiliación política o religiosa.
De ello da fe, por ejemplo, la reacción a un llamamiento a una movilización en contra de la iniciativa del Comité de los laicos. En la víspera de la manifestación del 25 de febrero, la televisión pública difundió la noticia de un grupo laico musulmán cercano a la mayoría presidencial, que invitaba a manifestarse contra los laicos católicos en los cruces de las iglesias parroquiales más importantes. Sin embargo, el Imán declaró en una radio privada que „no es cierto que los laicos musulmanes organicen una manifestación en contra”. En su lugar, reafirmó que la comunidad musulmana iba a apoyar la iniciativa de los laicos católicos.

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