República Democrática del Congo: ¡la población está viviendo un calvario!

Desde mediados de los años 90, regiones completas de la República Democrática del Congo (RDC), sobre todo al este del país, están sumidas en una pesadilla continua: ¡un auténtico calvario! Profundamente creyentes, los habitantes de la RDC tiene toda la razón para clamar ante Dios Padre, como Jesús en la Cruz: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?».
«Sí, en el caso de la RDC podemos hablar de un calvario», dice en una conversación mantenida con Aid to the Church in Need (ACN) una fuente próxima a la diócesis de Butembo-Beni, que desea permanecer anónima para garantizar su seguridad. «La diócesis vive en un clima de terror mantenido por grupos armados, presentes en la región desde 1995». Esta fuente subraya que la situación todavía es peor para algunas parroquias que se encuentran en esta región, denominada «el triángulo de la muerte». Se trata de cuatro parroquias: «Eringeti, Mbau, Oicha y Buisegha en el territorio de Beni. En el de Lubero hablamos de las parroquias de Kipese, Kagheri, Bingi y Luofu. ¡Algunos de los habitantes de estas parroquias están siendo desplazados continuamente de un lugar a otro desde hace más de 20 años!».
La pesadilla sin fin que allí se vive está provocada por la presencia de grupos rebeldes que, desde 1995, están haciendo masacres en la población. «Estos se desarrollan en la parte norte de la diócesis de Butembo-Beni y más precisamente en el territorio de Beni, así como en los alrededores de la ciudad de Beni», explica el contacto. «Estas  masacres se están ampliando ahora a la provincia llamada Ituri, que es vecina de la nuestra y que está situada al norte de nuestra provincia de Nord-Kivu».
Entre los responsables se encuentra un grupo denominado ADF-Nalu (Allied Democratic Forces), una organización de rebeldes musulmanes procedente de Uganda. Se instalaron en la diócesis en 1995. «Según ciertos análisis —sigue diciendo el interlocutor—, la manera que tienen de matar se parece a la empleada en el genocidio en Ruanda de 1994». Por  esta razón, algunos observadores consideran que detrás de las masacres que vive la población del este de la RDC desde hace casi 25 años hay una «mano ruandesa».
«Estos canallas utilizan machetes y hachas para matar a jóvenes y viejos, a mujeres y niños sin piedad», añade la fuente.
Habla también de un «proyecto de balcanización», que están impulsando fuerzas desconocidas para crear literalmente un «Tutsiland», que se extendería sobre «toda nuestra provincia de Kivu del Norte y del Sur, así como por la provincia de Ituri, que serían anexionadas a Ruanda… Por eso quieren exterminar a la población pacífica: para eliminar toda huella de la población autóctona, que trabaja la tierra, lo que ocasiona los desplazamientos de la población. No sabemos hasta qué punto hay complicidad [de las diferentes autoridades gubernamentales], a nivel regional, nacional o internacional», dice la fuente.
La extracción de recursos mineros y el control de sus riquezas, «la codicia», se encontrarían también en el origen de esas masacres y del desplazamiento de millares de personas. Desde diciembre de 2017, MSF (Médicos sin fronteras), estima que 50.000 personas han cruzado el gran Lago Albert (provincia de Ituri) para huir de esas masacres, de la violación de mujeres, niños y viejos y de la destrucción de sus pueblos. Han sido acogidos en la otra orilla, en Uganda.
¿Cómo anunciar el Evangelio?
La Iglesia sigue siendo una fuerza moral y social de primera categoría en RDC. «Nuestra iglesia de Butembo-Beni trabaja para sensibilizar a las personas, a fin de que los desplazados sean acogidos por familias», explica el interlocutor. «La diócesis ha iniciado más de una vez colectas de dinero y de bienes (alimento, vestido, aparatos). Sin embargo, debido al empobrecimiento de la población por las guerras que parecen no tener fin, esas colectas apenas recogen nada».
A pesar de este ambiente de terror y de persecución del que es víctima, la Iglesia se mantiene fuerte. Según la fuente hay un pasaje en el Evangelio que le permite continuar: «Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen» (Mt 5, 44). Remite asimismo a un personaje muy conocido de la Biblia: Job. «La perseverancia y el testimonio en el sufrimiento, así como el aguante y la paciencia de Job nos sirven de modelo».

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