El nuevo Presidente Ejecutivo de la Fundación Pontificia Internacional Aid to the Church in Need (ACN), Thomas, ha manifestado que su futura actividad estará bajo el signo de la continuidad.
En el acto oficial en Königstein, sede de la Secretaría General de la Fundación se despidió a su predecesor, Johannes Heereman von Zuydtwyck. Heine-Geldern dijo en su discurso como nuevo presidente que «la fe, la resolución, la serenidad y la confianza en Dios» que han caracterizado a su predecesor serán para él modelo y pauta a seguir por lo que respecta al estilo de dirección de la Fundación. En su breve discurso, el austríaco Heine-Geldern se refirió a la «función de ACN como puente de caridad y de oración». Después de doctorarse en Derecho por la Universidad de Viena y seguir un máster MBA en la famosa escuela de formación de ejecutivos Insead (Institut Européen d’Administration des Affaires) de Fontainebleau (cerca de Paris) Heine-Geldern ha trabajado durante casi 40 años en los Consejos de Dirección y de Vigilancia sobre todo de la industria papelera. La Fundación —continuó diciendo— tiende un puente entre la comunidad mundial de los donantes, por un lado, y los socios en los proyectos, en más de 140 países, por otro lado. Heine-Geldern no considera el trabajo de ACN una calle de dirección única, sino una síntesis entre la ayuda profesional para la Iglesia que sufre y el testimonio personal por Cristo, por el cual todo donante —también en su vida diaria y en su entorno— contribuye a la evangelización. Fe y profesionalidad; la Fundación sigue el principio: «actuar como si todo dependiera de mí y confiar, como si todo dependiera de Dios».
Un gran proyecto común con la Iglesia local que sufre es la ayuda para los cristianos en Oriente Próximo, subrayó Heine-Geldern. Su primer viaje con Aid to the Church in Need —entonces como Presidente de la sección austríaca— lo realizó en 2014, junto con Johannes Heereman, a Irak, poco después de que el ISIS expulsara a los cristianos. Desde entonces, ACN ha destinado más de 40 millones de euros como ayuda de emergencia, acompañamiento pastoral y reconstrucción en Irak. Considera como una señal de la Providencia que justo antes de asumir el cargo acaba de regresar de un nuevo viaje a Irak.
La importancia que concede a la familia (está casado desde hace más de 40 años y tiene cuatro hijos, ya adultos) se puso de manifiesto cuando Heine-Geldern describió el carácter familiar de la Fundación, con sus 23 secretarías nacionales, coordinadas por la Secretaría General.
El Presidente de la Fundación, el cardenal Mauro Piacenza, agradeció al Presidente ejecutivo saliente, Johannes Heereman, los siete años que ha pasado a la cabeza de Ayuda a la Iglesia Necesitada, fundada hace 70 años por el «Padre tocino» Werenfried van Straaten. Durante el cargo de Heereman —también él es jurista— se produjo la refundación institucional como Fundación Pontificia por el Papa Benedicto XVI, la constitución de seis oficinas nacionales y el crecimiento del volumen de donativos hasta los aproximadamente 120 millones de euros al año. Anteriormente, Heereman había dirigido el servicio de ayuda de la Orden de Malta durante 30 años. Según dijo Heine-Geldern, “Heereman deja la casa bien arreglada”; espera continuar a ese mismo nivel, con el consejo de su predecesor y con la ayuda de los colaboradores de la Sede Central y de las oficinas nacionales.
El nuevo Presidente ejecutivo tiene 66 años, habla fluidamente —además de su lengua materna, el alemán— inglés y francés y dispone de una amplia experiencia, no solo en economía internacional, sino también en el ámbito de las Fundaciones.