Resumen de los acontecimientos en Mosul y la llanura de Nínive, y de la situación de la población cristiana expulsada de allí (2014 hasta la primavera de 2017)
El llamado Estado Islámico (originariamente conocido por los acrónimos ingleses ISIS y luego IS, y también por el acrónimo árabe Daesh) hunde sus raíces en la organización terrorista de Al Qaeda, de la que se escindieron numerosos grupos tras la invasión estadounidense en Iraq en 2003.
El 9 de abril de 2013, el por entonces líder del grupo ISIS, Abu Bakr al Baghdadi, se separó de Al Qaeda. A partir de 2013, el Estado Islámico (EI) logró importantes éxitos militares. En marzo de 2013 se hizo con Raqqa, la primera capital de provincias siria que cayó en manos del grupo rebelde. En Iraq esta organización terrorista realizó tan solo en el año 2013 unas 10.000 operaciones militares.
En enero de 2014 el EI conquistó las ciudades de Faluya y Ramadi, y el 10 de junio también se hizo con la gran urbe de Mosul. La mitad de los habitantes de la segunda mayor ciudad iraquí huyó, y la mayoría de ellos se refugió en poblaciones cercanas de la llanura de Nínive. Allí las Iglesias cristianas abrieron sus escuelas, parvularios y salas comunitarias no solo a los desplazados cristianos, sino también a las familias musulmanas.
Así, por ejemplo, Alqosh –una población cristiana ubicada a unos 50 kilómetros de Mosul–, acogió junto a 500 familias cristianas a otras 150 familias musulmanas. En Tilkef acogieron a más de 700 familias de desplazados, entre ellas, también a familias musulmanas. El lugar quedó abarrotado, hasta el punto de que incluso llegaron a alojar a desplazados en una imprenta para libros litúrgicos. La situación fue similar en otros lugares.
El 29 de junio de 2014, el EI anunció oficialmente la creación del califato después de conquistar territorios colindantes que cubrían el noroeste de Iraq y el este de Siria. Abu Bakr al Baghdadi, que se consideraba a sí mismo como sucesor del profeta Mahoma, se autoproclamó califa y cambió el nombre “Estado Islámico de Irak y el Levante” (ISIS, por sus siglas en inglés) por “Estado Islámico”, para dejar claro que sus ambiciones de poder y expansión no se limitaban a Iraq y Siria.
El 18 de julio de 2014 salieron huyendo de Mosul los últimos cristianos, pues el EI les había puesto un ultimátum: los cristianos que rechazaran convertirse al Islam “morirían por la espada” si se negaban a pagar la llamada yizia, un impuesto para no creyentes, cuya cuantía no concretaron. Las propiedades de los cristianos fueron marcadas con la letra árabe ن, que es la primera letra de la palabra nasrani (en árabe “cristianos”, de “nazarenos”). Tras cumplirse el ultimátum, las casas marcadas fueron confiscadas.
En aquel momento, el Cristianismo estaba presente en Mosul desde hacía casi dos mil años, pues en el siglo primero ya vivían allí cristianos. Además, en el Viejo Testamento se habla de la ciudad de Nínive, que hoy forma parte de la ciudad de Mosul. Nínive alcanzó notoriedad por el libro del profeta Jonás.
Antes de 2003 vivían en Mosul 60.000 cristianos, mientras que tras 2003 ya solo quedaban 35.000. Después de que el EI conquistara la ciudad en julio de 2014, ya no quedaba ninguno. Atrás quedaron 29 iglesias cristianas, cuya suerte, salvo pocas excepciones, se desconoce. La total destrucción del monasterio de San Elías, ubicado en lo alto de una colina y de 14 siglos de antigüedad, quedó documentada por imágenes tomadas por satélites y fue difundida en enero de 2016 por la agencia de noticias estadounidense AP. El primer aniversario de la ocupación de Mosul la celebró el EI convirtiendo el 9 de junio de 2015 la iglesia siro-católica de San Efrén en una mezquita.
Ante el ultimátum, los cristianos de Mosul huyeron a las poblaciones mayoritariamente cristianas de la llanura de Nínive y, sobre todo, a Qaraqosh (también conocida como Bajdida), una ciudad que había sido prácticamente en su totalidad cristiana y que con sus 50.000 habitantes y diez iglesias era la mayor población cristiana de la llanura de Nínive. Pero entonces se desataron intensos combates entre los peshmergas kurdos y las milicias del EI, por lo que la mayoría de los cristianos huyeron de la ciudad. Tan solo un centenar de cristianos, entre ellos, los sacerdotes y el Arzobispo siro-católico, Yoanna Petros Mouché, huido de Mosul, permanecieron allí. El 6 de agosto, en la fiesta de la Transfiguración del Señor, los peshmergas kurdos que defendían el territorio cristiano al norte de Mosul se batieron en retirada, por lo que ya no quedó nadie para hacer frente al EI, que seguía avanzando. La primera bomba mató a dos niños que jugaban en un jardín, y un tercero quedó gravemente herido. Inmediatamente cundió la alarma y la convicción de que el EI estaba a punto de entrar en la ciudad porque los peshmergas se habían retirado, por lo el resto de la población huyó con lo puesto. Solo se quedaron allí algunas personas ancianas y enfermas que no podían caminar.
A la conquista de Qaraqosh por el EI le siguió la ocupación de varias pequeñas poblaciones de los alrededores, entre ellas, Bartala y Qaramless. También de Teleskuf, ubicado a 32 kilómetros al norte de Mosul, huyeron los habitantes, entre ellos, 12.000 cristianos. En total, unos 100.000 cristianos abandonaron en esos días sus casas de la llanura de Nínive. La mayoría huyó hacia Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, y otros hacia Alqosh, la única ciudad cristiana de la llanura de Nínive que no fue ocupada por el EI, pese a que las milicias del EI llegaran a acercarse mucho a la ciudad en agosto de 2014. Algunos se refugiaron en el norte de la región de Dohuk, cerca de la frontera turca, y otros huyeron hasta Bagdad.
Los cristianos se sintieron traicionados en varios sentidos. Los luchadores kurdos que iban a defender las poblaciones cristianas frente al EI les habían asegurado que estaban seguros, pero, de repente, el EI estaba asolando las ciudades y pueblos cristianos. A menudo, no pudieron ni siquiera llevarse ropa para cambiarse, y muchos tuvieron que presenciar cómo sus propios vecinos musulmanes saqueaban sus hogares.
A ello cabe añadir que los cristianos no recibieron ayuda ni del Gobierno central iraquí ni del Gobierno regional kurdo. Hubo representantes de la Iglesia que criticaron al Gobierno central de Bagdad por no haber ayudado en modo alguno a los cristianos desplazados. El Gobierno kurdo al menos abrió las fronteras a los desplazados cristianos y les otorgó un permiso de residencia permanente, mientras que los musulmanes provenientes de los territorios afectados por el EI solo obtenían algo así como un derecho de residencia temporal. Esta diferenciación entre musulmanes y cristianos se debió a que, para las autoridades, era obvio que las familias cristianas no tuvieran la intención de regresar en aquel momento, mientras que los musulmanes querían retornar lo antes posible. Por este motivo se les facilitó a los cristianos una permanencia duradera.
Pero tampoco el Gobierno regional kurdo apoyó materialmente a los desplazados. Eso sí, el gobernador provincial de Erbil acudió a Ankawa para recibir a los desplazados, y los representantes eclesiales recibieron la visita de delegados de diversos organismos gubernamentales que los asesoraron. Sin embargo, no hubo ningún tipo de ayuda financiera o material, por lo que las Iglesias cristianas eran y siguen siendo el principal punto de encuentro de los desplazados, pues son ellas las que han organizado la ayuda a los desplazados alojando a miles de familias en cuestión de pocas horas en iglesias, escuelas de primaria eclesiales, gimnasios y demás escuelas. No obstante, al principio muchos se vieron obligados a pernoctar a la intemperie.
Las Iglesias cristianas presentes sobre el terreno intentaron por todos los medios disponibles hacerse cargo de la gente que llegaba, pero no estaban preparadas para esta oleada de personas necesitadas. El 12 de agosto de 2014, Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) aprobó una ayuda de emergencia inmediata de 200.000 euros para que los desplazados obtuvieran mantas, víveres y otros productos de primera necesidad.
El 17 de octubre de 2014, la fundación pontificia ACN aprobó un paquete de proyectos de ayuda a los desplazados en Iraq por un total de casi 4 millones de euros: una de las mayores ayudas concedidas de golpe por la Fundación en sus 67 años de historia. En aquel momento, el tiempo apremiaba, pues era inminente la llegada del invierno, y las copiosas lluvias y fuertes bajadas de las temperaturas amenazaban con convertir el campo de desplazados en un pantano frío y cenagoso.
Por ello se realizaron enormes esfuerzos para realojar a miles de familias que vivían en tiendas de campaña, mientras que, al mismo tiempo, las familias alojadas en edificios públicos (sobre todo escuelas) debían abandonarlos a mediados de octubre por el comienzo del año escolar. Allí convivían a menudo hasta 20 personas en un solo aula. En octubre de 2014 se apoyaron los siguientes proyectos:
- Ocho escuelas de estructuras prefabricadas de PVC para Erbil, Ankawa y Dohuk, en las que actualmente reciben clases 7.500 niños: 2 millones de euros
La primera de las ocho escuelas fue inaugurada el 11 de diciembre de 2014 en Ankawa, y en la fiesta de inauguración también participó el presidente ejecutivo de ACN, Johannes Heereman, quien resaltó: “Para nuestra Fundación, la educación de los niños es aquí la máxima prioridad. Debemos impedir una situación como en Siria, donde hay niños que no van a la escuela desde hace años. Eso equivale a generaciones perdidas con consecuencias imprevisibles a largo plazo”. El resto de las escuelas hechas de contenedores abrieron en la primavera de 2015, y la enseñanza la imparten maestros que también provienen de poblaciones cristianas ocupadas por el EI. El Gobierno central de Bagdad financia la manutención del personal docente. Las aulas no solo sirven para la educación escolar, sino también para la catequesis y otras actividades eclesiales.
- 150 contenedores-vivienda de PVC: 470.000 euros
En el Pueblo Werenfried, nombrado por el fallecido fundador de ACN, Padre Werenfried van Straaten, 2.000 personas han encontrado alojamiento en contenedores-vivienda. Dichas viviendas, cuyo tamaño varía en función del número de miembros de cada familia, disponen de electricidad y agua corriente, y también hay instalaciones sanitarias dignas. Este pueblo de contenedores está planificado de tal forma que las familias puedan cocinar sobre cocinas de gas a la intemperie.
- Regalos de Navidad para 15.000 niños: 295.000 euros
Con 295.000 euros fue posible ofrecer regalos de Navidad a 15.000 niños desplazados.
Los paquetitos contenían ropa, dulces, lápices, libros para colorear, una Biblia del Niño, un pequeño Belén y una tarjeta de felicitación en lengua inglesa y árabe. Las religiosas de la orden caldea de las Hijas de María se encargaron de empaquetar y repartir los regalos
- Estipendios de Misas para más de 100 sacerdotes iraquíes desplazados, pertenecientes tanto a la Iglesia Caldea como a la Iglesia Siro-Católica: 88.200 euros
- Ayuda a los 28 futuros sacerdotes del seminario mayor de San Pedro en Ankawa: 39.000 euros
Además, prestamos una ayuda de emergencia de 19.000 euros a las Hermanas de la Santa Cruz expulsadas de Mosul, un apoyo de 78.000 euros al Babel College (Universidad de Filosofía y Teología) de Ankawa, y una ayuda de 38.000 euros para la catequesis en 20 parroquias de Bagdad.
En 2015 también recibió el apoyo de ACN un campo de desplazados en Bagdad al que se trasladaron las familias cristianas para las que ya no había sitio en el Kurdistán. Allí se alojaron 135 familias (unas 520 personas) en un campamento cristiano. ACN contribuyó a los gastos corrientes del campamento y también a la construcción de un parvulario y una sala polivalente (utilizada también como capilla).
Desde el año 2014 hasta marzo de 2017, ACN ha financiado proyectos en Iraq por un total superior a los 29,26 millones de euros. De estos, 7 millones fueron destinados a ayudas de alojamiento y más de 11 millones, a ayuda alimentaria.
Estas ayudas no son solo una reacción a la dramática situación humanitaria provocada por la intrusión del EI, sino también un medio para frenar, en la medida de lo posible, el masivo éxodo de cristianos de esta región, cuna del Cristianismo, y para impedir que las comunidades de cristianos se desangren y que ello suponga allí el fin de la presencia cristiana. De hecho, los creyentes mismos manifiestan el deseo de quedarse en su país. La ayuda material que garantiza la supervivencia a las familias anima a los cristianos a quedarse en Iraq.
La presencia cristiana en la región también es importante para una paz duradera, pues los cristianos son un puente entre los grupos musulmanes enfrentados entre sí. Además, realizan una importante contribución en el ámbito educativo y cuentan con el respeto de los musulmanes moderados.
En marzo de 2016 comenzó el avance hacia Mosul del Ejército iraquí, apoyado por los peshmergas y por la coalición internacional contra el Estado Islámico, dirigida por Estados Unidos. La coalición internacional contra el Estado Islámico fue creada por EE.UU. el 5 de septiembre de 2014 en la cumbre de la OTAN celebrada en Newport (Gales), y lo primero que hizo fue realizar bombardeos aéreos en la provincia siria de Raqqa. En la ciudad de Raqqa destruyó el cuartel general del EI.
Durante el avance hacia Mosul se liberó el 27 de agosto de 2016 la pequeña ciudad de Qayyarah, y para el 18 de octubre ya se habían rescatado otros 20 pueblos. El 19 de octubre se recuperó la ciudad cristiana de Qaraqosh, el 21 de octubre, Bartala, y el 23 de octubre, Bashiqa.
En enero de 2017 se reconquistó la parte oriental de Mosul. En la actualidad (a finales de mayo de 2017) siguen los combates para liberar la parte occidental de la ciudad.
El 27 de marzo de 2017 fue la creación oficial de la Comisión para la Reconstrucción de Nínive mediante un acuerdo firmado por el Metropolita siro-ortodoxo de Mosul, Kirkuk y Kurdistán, Nicodemus Daoud Matti Sharaf; el Arzobispo siro-católico de Mosul, Yohanna Petros Mouche; y el Obispo caldeo de Alqosh, Mikha Pola Maqdassi. El acuerdo fue firmado en la sede de la Archidiócesis caldea de Erbil.
El 8 de mayo de 2017 tuvo lugar la inauguración de tres lugares de construcción en las poblaciones de Bartala, Qaramless y Qaraqosh, y así comenzó oficialmente de la reconstrucción.
Ya antes del arranque oficial de la reconstrucción, algunas familias cristianas obtuvieron créditos con ayuda de la Iglesia y comenzaron a reconstruir sus hogares. Mediante esta fórmula, en la localidad de Teleskuf ya se habían habilitado cerca de 300 casas antes del comienzo oficial de la reconstrucción. Entretanto, unas 450 familias han regresado.