En Kurdistán, Iraq, un nuevo hospital y una nueva universidad católicos infunden esperanza en una comunidad cristiana maltratada

El ARZOBISPO CALDEO de Erbil, en Kurdistán, Mons. Bashar Warda, ha sido el principal impulsor del asentamiento de dos nuevas e importantes instituciones cristianas en la región. En 2016 la Universidad Católica de Erbil abrió sus puertas, y a finales de este verano se inaugurará oficialmente el nuevo hospital católico de Erbil, el Maryamana, dedicado a la Virgen María. Durante más de tres años, la Archidiócesis de Erbil acogió a más de 120.000 cristianos que huyeron de la embestida del Estado Islámico en 2014 en la Llanura de Nínive, en el norte de Iraq. Mientras que unos 40.000 creyentes han regresado a sus hogares, muchos miles han hecho del Kurdistán su hogar permanente. La universidad -la única universidad católica en Iraq- y el hospital supondrán un impulso significativo para las comunidades cristianas restablecidas en la Llanura de Nínive, así como para la comunidad cristiana local del Kurdistán. El Arzobispo ha hablado con Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) sobre la importancia de ambos proyectos.

 

¿Cuál es su visión para el nuevo hospital católico?

El objetivo general del hospital es brindar una asistencia médica eficaz y asequible en una región devastada por la guerra que carece totalmente de recursos y equipos modernos. Esto es debido, en parte, a décadas de continuo conflicto, pero también a la inactividad del Gobierno. Es probable que en la próxima década haya aún más refugiados, desplazados internos y ancianos necesitados, y nosotros estaremos en condiciones de apoyar a los pacientes más necesitados y ofrecerles descuentos de hasta un sesenta por ciento.

El hospital también debe de ser importante, especialmente para los cristianos, por generar empleos en una región con alto desempleo.

La creación de empleo mostrará a los cristianos que estamos construyendo un futuro para ellos en Erbil. A los cristianos y a otras minorías a menudo se les niegan puestos de trabajo y se les pasa por alto en las promociones debido a un sistema político prejuiciado. Hay pocos políticos, si es que los hay, dispuestos a defender los derechos de los cristianos. Esto guarda una relación directa con las personas que abandonan el país. Junto con la universidad, el Maryamana es un proyecto crucial y esencial con el que pretendemos mantener a los cristianos en Erbil y en la Llanura de Nínive. Ambas instituciones demuestran que los cristianos importan y que son parte integrante de la sociedad iraquí.

¿Servirá el hospital sólo a los cristianos?

La misión del hospital se alinea con la de la Iglesia. Cualquier persona, independientemente de su religión o raza, podrá recibir tratamiento en el Hospital Maryamana, y se dará prioridad a aquellos cuyas necesidades médicas sean más urgentes. Es de sobra sabido que los musulmanes confían en los profesionales de la salud cristianos, y nuestra esperanza es que el Maryamana también sirva de apoyo a nuestros esfuerzos en aras de la reconciliación comunal al abordar las necesidades de atención médica de miembros de otras religiones.

¿Qué servicios médicos proporcionará el hospital?

El hospital tendrá 70 camas y siete quirófanos que queremos que estén en continuo funcionamiento. El hospital podrá atender a 300 pacientes externos al día y ofrecerá la mayoría de los servicios médicos. Además de la atención a mujeres embarazadas y bebés prematuros, habrá consultorios para una amplia gama de especialidades. El hospital contará con equipo de laboratorio actualizado y podrá realizar todo el espectro de pruebas diagnósticas (por ejemplo, resonancias magnéticas, tomografías computarizadas). Además, habrá dos unidades de emergencias, así como una farmacia. Dentro de unos tres años, esperamos que el Maryamana pueda convertirse en un hospital universitario. Además, se está planificando un centro oncológico para el hospital.

¿Cuál es la misión de la Universidad Católica de Erbil?

La Universidad Católica de Erbil fue fundada para garantizarles oportunidades educativas y profesionales a nuestros jóvenes, para animarlos a permanecer en Iraq y convertirse en los futuros líderes de la comunidad cristiana aquí y en otras partes del país. A la larga, cuando nuestros jóvenes consigan buenos trabajos en un país mayoritariamente musulmán, albergarán esperanzas y acudirán a la universidad como su medio para triunfar y prosperar en sus carreras en Kurdistán e Iraq. Esperamos que la universidad inspire a las minorías religiosas y les haga ver que aquí les espera un futuro viable y brillante. Estamos tratando de hacer posible que Erbil sea a largo plazo un hogar para la comunidad cristiana; la gente decide quedarse cuando hay trabajo y cuando hay una robusta infraestructura de servicios e instituciones. La universidad hará que la comunidad cristiana se sienta valiosa y perteneciente a este lugar.

¿Cuántos estudiantes tiene ahora la universidad y cuál es su objetivo?

Actualmente hay 108 estudiantes matriculados, entre ellos 10 musulmanes; se otorgan títulos académicos en Contabilidad, Inglés, Relaciones Internacionales, Tecnología de la Información e Informática. Nuestro objetivo hasta el año académico 2022-2023 es contar con 825 estudiantes matriculados -615 cristianos iraquíes, 125 musulmanes y 85 yazidíes- procedentes de Kurdistán, Mosul, la Llanura de Nínive, Duhok, Kirkuk, Bagdad y Basora. Para atraer a los estudiantes, nuestro objetivo es crear facultades adicionales para disciplinas académicas fundamentales como Economía, Ingeniería, Medicina y Educación.

Para nosotros, la universidad es un proyecto internacional de anclaje para mantener el Cristianismo en Irak. Estamos estableciendo relaciones con los Ministerios relevantes y trabajando a escala internacional con muchas universidades para establecer la marca de la Universidad Católica en Erbil. Los cristianos iraquíes y demás minorías se sienten atraídos por la universidad porque las clases se imparten en inglés y por su ubicación en Ankawa, el barrio cristiano de Erbil, que es un entorno que ofrece seguridad. El nuevo Hospital Maryamana también se encuentra en Ankawa.

¿Cuáles son sus principales preocupaciones en relación con las iniciativas del hospital y la universidad?

Los desafíos clave han sido conseguir que ambas instituciones se construyeran y que funcionaran. Con el hospital, la prioridad es pagar nuestras deudas, pero sabemos que el hospital será utilizado en su totalidad y que será rentable, pues la demanda está ahí: en Kurdistán hay más de un millón de desplazados y refugiados, y cientos de miles de ancianos; las clínicas de Erbil y Duhok atienden a más de mil pacientes cada mes; hasta dos mil pacientes con enfermedades crónicas dependen de nuestra clínica local de San José a la hora de obtener medicamentos muy caros.

La universidad, todavía joven, requiere más fondos, ya que la mayoría de nuestros estudiantes -muchos de ellos de Qaraqosh, en la Llanura de Nínive- están asistiendo con becas que les cubren todos los gastos. Necesitamos expandirnos académicamente, porque el número de facultades guarda relación con el número de solicitantes. Es difícil reclutar a hablantes nativos de inglés como profesores porque los consulados dicen que el Kurdistán no es seguro. Sólo podemos atraer a la gente a través de información facilitada de boca en boca y de los testimonios de los visitantes, pero creo que lo lograremos. Actualmente, 14 de nuestros jóvenes están cursando estudios de maestría en Estados Unidos, Reino Unido, Italia y Australia. A su regreso a casa desempeñarán un papel clave tanto en la universidad como en el hospital. Doy las gracias a todos nuestros bienhechores de todo corazón y con mis oraciones, porque están realizando una magnífica labor para todos los que estamos aquí. Que Dios los bendiga a todos.


Durante los últimos dos años, ACN ha venido apoyando a la Universidad Católica de Erbil y al Hospital Maryamana con fondos para becas y para la compra de equipos médicos de última generación. Desde 2014 hasta 2017, ACN financió en la Archidiócesis caldea de Erbil proyectos por un total de más de 40 millones de dólares para el suministro de comida, atención médica, vivienda y educación para los desplazados que huyeron de la Llanura de Nínive después de que el Estado Islámico se apoderara de la región.