Universidad Católica de Erbil: Diez años infundiendo esperanza y fomentando la convivencia en Iraq
Yohana Al-Zebbaree era en 2014 un niño preadolescente que vivía en la ciudad de Duhok, en el norte de Iraq, cuando los yihadistas del Estado Islámico (EI) invadieron Mosul y comenzaron a expandir su control sobre gran parte del norte de Iraq.
“Recuerdo la noche en que el EI se acercaba a las ciudades del norte, como Erbil y Duhok. Todo el mundo estaba pendiente de las noticias y nuestros familiares nos decían que saliéramos de la ciudad y fuéramos más al norte”, cuenta Al-Zebbaree, un joven de 23 años procedente de una familia católica caldea.
El Estado Islámico no llegó hasta Erbil y Duhok, pero sí invadió gran parte de la llanura de Nínive, la antigua patria de los cristianos en Iraq. Se calcula que 120.000 personas huyeron a Erbil, la capital de la región autónoma del Kurdistán iraquí.

La archidiócesis caldea de Erbil, encabezada por el arzobispo Bashar Matti Warda, hizo todo lo posible por proporcionar refugio, comida y ropa a estos desplazados.
Pero el arzobispo Warda sabía que “no solo de pan vive el hombre”.
A medida que el Estado Islámico imponía su visión fundamentalista del islam a la población, las instituciones de enseñanza superior, como la Universidad de Mosul, tuvieron que cerrar. Los estudiantes universitarios que acabaron como desplazados en Erbil no tenían dónde estudiar.
Así pues, surgió una razón apremiante para seguir adelante con un proyecto que la archidiócesis había concebido dos años antes: una universidad católica. “Con la conmoción causada por el EI en 2014, el proyecto se convirtió en un deber pastoral urgente y en una obligación de asistencia cuando miles de familias se vieron obligadas a abandonar Mosul y la llanura de Nínive”, ha explicado el arzobispo Warda en una entrevista con ACN. “Aparte de la atención pastoral y humanitaria, necesitábamos continuar con su educación”.
El 8 de diciembre de 2015, la Universidad Católica de Erbil (CUE) abrió sus puertas como primera universidad privada sin ánimo de lucro de Iraq y este 30 de septiembre la institución celebrará su décimo aniversario y graduará a su quinta promoción de estudiantes.

Al-Zebbaree, cuya familia tuvo que hacer varios traslados debido a la persecución, acabó graduándose en la CUE.
Uno de los objetivos de la universidad es servir de ancla para una población cristiana en declive y contribuir a aportar estabilidad y cohesión social a Iraq.
“Queríamos ofrecer a los desplazados la oportunidad de proseguir con su educación superior en un lugar de aprendizaje seguro y acogedor que protegiera su dignidad y les garantizara un futuro en Iraq”, ha dicho el arzobispo Warda. “Si los padres saben que sus hijos recibirán una educación, es más probable que se queden en Iraq”.
El apoyo de ACN desde el principio
Aid to the Church in Need (ACN), que lleva apoyando a los cristianos en Iraq desde principios de la década de 1970, ya estaba llevando a cabo un programa de ayuda humanitaria y de reconstrucción en respuesta a la invasión del ISIS, el mayor proyecto de este tipo en la historia de la fundación pontificia. Sin embargo, también vio la conveniencia de apoyar esta iniciativa educativa y, por lo tanto, financió la construcción de uno de los edificios del complejo académico.
“ACN ha sido, y sigue siendo, un verdadero socio en la misión”, ha afirmado el arzobispo Warda. “Apoyó a la universidad desde que era solo una idea, ayudó a construir un ala de la universidad, equipó salas y laboratorios, sufragó los gastos iniciales de funcionamiento, concedió becas a estudiantes desplazados por la guerra y, más tarde, equipó la biblioteca con ordenadores”.

ACN International ha donado ya más de 1,9 millones de euros a la universidad y otros 921.000 euros están en camino.
Un centro educativo que comenzó con 11 estudiantes cuenta ahora con más de 760. Más del 65 % de los alumnos disfrutan de becas completas y la mayoría de ellas, así como muchas becas parciales, están financiadas por ACN. Las becas llevan el nombre del difunto papa Francisco, que visitó Erbil durante su histórico viaje a Iraq en 2021.
“ACN también apoya el alojamiento de los estudiantes de las familias más pobres que viven fuera de Erbil, ya que no pueden permitirse pagar una vivienda en Erbil”, añade el arzobispo.
Construyendo un Iraq mejor
La universidad cuenta con departamentos especializados en Ciencias de Laboratorio Médico, Enfermería, Farmacia, Arquitectura e Ingeniería, Contabilidad, Administración de Empresas, Economía, Tecnología de la Información, Informática, Inglés, Idiomas, Relaciones Internacionales y Medios digitales. Además, recientemente ha inaugurado un departamento de Estudios Orientales y Religión Comparada -el primero de este tipo en la región- que ofrece cursos sobre las diferentes religiones y etnias que han habitado Mesopotamia. Los cursos se imparten en inglés.
“En la CUE nos esforzamos en fomentar un entorno de aprendizaje enriquecedor e inclusivo que promueva la excelencia académica, el pensamiento crítico y un profundo sentido de comunidad”, señala el rector de la universidad, Nazar Shabila. “Nuestro compromiso con la educación integral abarca el desarrollo espiritual, moral y social más allá de los muros del aula”.
Desde el principio, el desarrollo de la CUE se ha guiado por la idea de que “estudiantes de todas las creencias puedan convivir y aprender juntos en un entorno de apoyo mutuo”, afirma Regina Lynch, presidenta ejecutiva de ACN.

John Smith, voluntario estadounidense de ACN International que ha ofrecido sus conocimientos de ingeniería como consultor en los proyectos de la fundación en Erbil, ha visitado con frecuencia la CUE y es ahora miembro de su consejo directivo.
“Cuando vas a los pueblos, ves a los cristianos por un lado y a los musulmanes por otro. Hay tiendas cristianas y tiendas musulmanas; se hacen compras entre ellos, pero no se ve mucha interacción”, indica Smith. “En cambio, en la universidad ves a jóvenes de todos los orígenes divirtiéndose juntos y apoyándose mutuamente. En mi opinión, allí se está creando un entorno para que la gente aprenda a convivir. Si logramos que haya una masa crítica de personas que piensan y se comportan como estos estudiantes, eso marcará la diferencia en el futuro”.
Yohana Al-Zebbaree, el joven que recuerda haber visto su ciudad como una “ciudad fantasma” cuando sus compañeros cristianos huían del Estado Islámico, es ahora uno de los responsables de la vida estudiantil en la universidad. Afirma que la institución “ha conseguido que las personas se unan y se sientan cómodas juntas, independientemente de sus diferencias”.
Regina Lynch recuerda: “Impresiona retrotraerse a 2015, cuando la universidad comenzó a dar sus primeros pasos. El Estado Islámico todavía controlaba la llanura de Nínive y lo seguiría haciendo durante dos años más. Erbil era el principal centro de acogida de desplazados por el conflicto. Los campos de desplazados dominaban el paisaje alrededor de Erbil, pero en medio de todo eso se construyeron varios edificios pequeños para poner en marcha la CUE”.
Ahora, a medida que cada vez más estudiantes de diversas partes de Iraq se gradúan en la CUE, los valores que aprenden allí, asegura Lynch, “seguirán influyendo positivamente en el futuro de Iraq”.